Se dice fácil, pero contar con 25 años de experiencia en el mundo del arte urbano como Tristan Eaton, es toda una proeza.
Eaton, nacido en 1978 en Los Ángeles, Estados Unidos, creció rodeado de artistas y actores que él mismo ha descrito en diversas ocasiones como verdaderos locos del arte.
Cuando apenas tenía 8 años, su familia se mudó a Londres, donde su hermano mayor, Matthew, descubrió su pasión por el grafiti.
Poco después, él también se enamoró del arte urbano pero era demasiado joven para salir a pintar a las calles, así que se dedicó a dibujar en casa lo que denominó superhéroes y personajes de estilo hip-hop.
Ocho años después, cuando su familia se mudó a Detroit, tomó sus latas de aerosol y se unió a la diversión.
Tristan Eaton y sus amigos subían a la abandonada estación central de Michigan, un centro de grafitis y exploradores urbanos, para pasar horas creando y conviviendo con artistas como Glenn Barr, Niagara, Mark Dancey, quienes eran realmente importantes en la escena punk de dicha ciudad.
Cuando cumplió 20 años, Eaton decidió mudarse de Detroit a Nueva York, donde no conocía a nadie, no tenía dinero y tuvo que luchar tanto económicamente como emocionalmente.
De acuerdo con el propio artista, dicha época fue sumamente difícil, pero ahí realmente comenzó su gran historia de amor con el arte urbano.
Mientras vivió Nueva York, Tristan Eaton pintó motocicletas, creó art toys y fundó una empresa de diseño. Aprendió a ganarse la vida con su oficio, pero siempre, hasta la actualidad, ha buscado ampliar sus habilidades y aprender todo lo que pueda sobre sí mismo como artista.
Con el paso de los años su carrera se consolidó y regresó a vivir a Los Ángeles, donde sigue creando imponentes, eclécticos y súper coloridos murales.