En un giro tan peculiar como las extravagantes pinturas de Salvador Dalí, el legendario artista surrealista se embarcó en un viaje artístico hacia lo desconocido al convertirse en uno de los primeros pioneros en el campo de la holografía. En la década de 1970, en colaboración con el experto en holografía Selwyn Lissack, Dalí llevó su genialidad surrealista al siguiente nivel, explorando las posibilidades creativas de esta innovadora forma de arte.
El genio creativo de Dalí, conocido por desafiar las convenciones artísticas, encontró en la holografía una vía para liberarse de las limitaciones del espacio lineal hacia lo que él llamó "la dimensión Dalí".
Para el excéntrico artista español, que ya había pasado décadas explorando las profundidades del subconsciente humano, la holografía representaba una oportunidad única para expresar su visión artística en un nuevo y cósmico paradigma.
La colaboración entre Dalí y Lissack comenzó en 1971, cuando el experto en holografía decidió que era hora de que este medio fuera reconocido como una forma de arte legítima. La respuesta enigmática de Dalí al ser contactado, "He estado esperando que me llames", solo añade un toque más al misterio que rodea al genio surrealista.
Alice Cooper’s Brain, 1973. Salvador Dalí. Foto: ArtNet
A lo largo de cinco años, Dalí y Lissack dieron vida a siete obras de arte holográficas pioneras. Desde "Poliedro y Baloncesto", inspirada en jugadores de baloncesto que Dalí vio en una fotografía del New York Times, hasta "El Cerebro de Alice Cooper", un homenaje al extravagante rockero estadounidense, cada obra lleva la impronta única del surrealismo daliniano.
La producción de estas holografías fue un desafío en la década de 1970, antes de la era de los LED. Utilizando equipos voluminosos y costosos, como láseres, lámparas de arco de mercurio y luces halógenas, Dalí y Lissack superaron obstáculos técnicos para materializar la visión del artista.
Uno de los puntos culminantes de esta colaboración surrealista fue "El Reloj Derretido", una reinterpretación del icónico motivo que Dalí inmortalizó en "La Persistencia de la Memoria". Sin embargo, esta obra no pudo completarse en vida de Dalí debido a problemas con el sistema de iluminación, pero la visión del artista se realizó finalmente en el siglo XXI gracias a la tecnología láser de fibra.
The Melting Clock. Salvador Dalí. Foto: ArtNet
La exhibición de estas innovadoras holografías de Dalí está ahora al alcance en la Cuban Fine Arts gallery en Brooklyn, Nueva York. En un momento en que la tecnología y el arte convergen, la visión surrealista de Dalí resuena de manera única, trascendiendo no solo el tiempo, sino también las dimensiones convencionales del arte.
Salvador Dalí, el maestro del surrealismo, continúa desafiando las fronteras del arte incluso décadas después de su muerte, dejando un legado que se manifiesta en estas fascinantes creaciones holográficas que transportan al espectador a la intrigante "dimensión Dalí".