Chaim Goldberg ha sido aclamado como el cronista visual de la vida judía de Kazimierz Dolny.
Sus colores y composiciones hablan de una infancia profundamente arraigada en la forma de vida anterior a la Segunda Guerra Mundial en los muchos pueblos de Europa del Este.
Nacido el 20 de marzo de 1917, Goldberg fue descubierto en octubre de 1931 cuando tenía 14 años por un psiquiatra muy viajado que estaba realizando su investigación para un libro sobre los gestos familiares judíos en los shtetls de Europa del Este.
Desde entonces, Chaim ha trabajado en casi todos los medios disponibles para el artista visual, desde acuarelas hasta escultura; pero a lo largo de su larga carrera, un tema ha sido central en todo su trabajo: la dignidad y la nobleza del hombre.
Y es que Goldberg tiene un profundo conocimiento de los valores humanos, ya que pasó gran parte de su vida buscándolos.
Desde joven, se mudó a Siberia con su familia, donde los soviéticos vieron con malos ojos sus representaciones realistas de los simples campesinos.
Al regresar a Polonia, descubrió que los rusos también le habían dificultado trabajar allí. Llevó a su familia a Israel y luego finalmente a América, donde ahora vive y trabaja.
No obstante, a pesar de ya vivir en paz, ha seguido siendo el motivo principal de su arte, al igual que lo ha sido para esos otros dos famosos emigrantes eslavos, Marc Chagall e Isaac Bashevis Singer, que ha dicho que el trabajo de Goldberg "está enriqueciendo el arte judío y la imagen de nuestra tradición".
Ambos celebran la vida cotidiana del pueblo tal como la recuerdan desde la infancia. Las escenas domésticas de Goldberg pueden ser más realistas en la superficie, con menos vuelos de fantasía inspirada, pero no son menos fieles a su tiempo y lugar.
A pesar de su muerte el 26 de junio de 2004, sus acuarelas permanecen como cobras fluidas y líricas, vibrantes en sus colores brillantes.
Su gente siempre parece estar en movimiento, moviéndose al ritmo de la alegre melodía de ese violinista proverbial en el techo, y así, el artista trasciende su desaparición física.