El fabuloso legado de la cantante Pegy Lee solo es dignamente empatado por los trágicos obstáculos que la acompañaron a lo largo de sus 81 años de vida.
Aquella niña que nació como Norma Deloris Egstrom en la zona rural de Dakota del Norte, ejemplifica perfectamente lo que sería una infancia infeliz: su madre murió cuando ella apenas tenía 4 años, la crió un padre alcohólico, pasó por seis hogares, de los cuales dos se incendiaron por cuestiones de negligencia, acontecimientos que menciona en su canción Is That All There Is?, letras que no compuso, pero que sí cantó con conocimiento de causa.
Con el paso de los años y las tragedia, Norma aprendió de resiliencia a través del canto, más aún porque en ello alcanzaba una gran tonalidad que fue desarrollando a través de bandas locales que formaba con sus compañeros de escuela.
Un buen día, dado su talento evidente, recibió la invitación de aparecer en un programa de radio patrocinado, y finalmente, a realizar una audición en una de las estaciones de transmisión más grandes de su estado, la WDAY, dirigida por Ken Kennedy, ubicada en la ciudad de Fargo, quien, de acuerdo a su autobiografía de 1989, le comentó a la aspirante a cantante de 17 años: "Norma Egstrom no suena bien, pero sí tienes cara de Peggy. De Peggy Lynn. No, Peggy Lee."
No se convenció de inmediato, pero la idea de poder tener la oportunidad de dejar atrás su pasado problemático, crear una nueva personalidad y comenzar de nuevo la empujó a la aventura. Después de hacerse un nombre en Fargo durante 1937, hizo maletas y se mudó a California, donde tomó un trabajo como mesera mientras intentaba ingresar al negocio de la música.
Muy pronto un ataque de amigdalitis la llevó de regreso a su ciudad natal. Se recuperó, consiguió conciertos fijos en un hotel, y con un nuevo aire regresó a la carretera y a California, esta vez, para no regresar.
Después de conseguir varias citas y, un golpe de suerte que por mucho tiempo buscó, se fue a Chicago, donde conoció a Benny Goodman, quien la vio actuar y la contrató para reemplazar a su cantante anterior, Helen Forrest. En sus años dentro de la big band del conocido como el Rey del Swing, Peggy se hizo notar igualando el timbre y la calidad de muchos de sus contemporáneos, demostrando su técnica para cantar bien en estilos diferentes.
Influenciada por el cantante de blues Lil Green (que cantó el original Why Don’t You Do Right), Billie Holiday, y Ella Fitzgerald, entre otros, siempre tuvo cuidado porque no quería que la vieran como alguien que imitara demasiado, lo que le permitió encontrar su propia forma de expresarse mientras rendía homenaje a quienes la inspiraban.
Lo que sumaba a su grandiosa capacidad vocal, fue su talento nato para escribir ensayos y sus propias canciones, aunque también se enfrentó al prejuicio y a injusticias que le complicaron la grabación de sus creaciones, experiencias, sumadas a las de su infancia, que la volvieron dura en su caracter de poca paciencia.
No obstante, encontró quien la apoyara a lo largo de su agitada y retadora vida, entre ellos, Duke Ellington, Victor Young y Sonny Burke, a quienes les escribió What More Can A Woman Do, I'm Gonna Go Fishin, Johnny Guitar, The Shining Sea, entre otros.
Fuera del escenario, su agitada vida, pues se casó cuatro veces, padeció diabetes, abusó del alcohol y varias drogas, no pudieron detener su innegable camino al estrellato. Al final de todo, Peggy Lee fue la cristalización de un aura luchadora, con hambre de triunfar y expresarse, de una esencia inefable que dominó al público con música.
Hasta el día de hoy, Peggy es extremadamente relevante en el sentido de que su fraseo, sincronización, precisión de tono, elegancia, práctica de interpretación y su expresión realmente no pueden ser superados.
Independientemente del tiempo que vivió o del que lleva sin estar entre nosotros, todos podemos aprender un poco de ella, porque sus momentos más efectivos fueron aquellos en los que cantó como si estuviera ajena a la banda, al público, a todo, menos a sus palabras.