La influencia global del hip-hop en la actualidad como fuerza comercial y cultural comenzó como una forma de integrar un concepto nuevo y extranjero en entornos diversos, invitando a la participación a pesar de las barreras.
A mediados de la década de 1980 en Tokio, el hip-hop llegó en un momento en que una economía en auge no solo permitía, sino que también alentaba a las personas a expresarse libre y artísticamente.
A principios de dicha década, el ícono de la moda de Harajuku y prolífico productor japonés Hiroshi Fujiwara regresó de un viaje a Nueva York con discos locales que había descubierto. Todavía en sus inicios, el hip-hop era un género de nicho, incluso en los Estados Unidos, pero Fujiwara comenzó a pinchar el sonido en la capital japonesa, y de repente, la comunidad musical local quedó expuesta a los pioneros de la costa este como Kurtis Blow y Grandmaster Flash, más tarde Rakim y LL Cool J.
Tal como había sucedido en los Estados Unidos solo unos años antes, el género tuvo un impacto inmediato en la escena musical y se hizo popular entre la juventud rebelde, especialmente cuando grupos más agresivos como Public Enemy y N.W.A. comenzaron a hacer olas a fines de aquella década.
Temáticamente, esta música fue extremadamente controvertida en una cultura tradicionalmente reservada como Japón.
Las interpretaciones locales del género, principalmente en inglés en ese momento, fueron inicialmente ignoradas o rechazadas por los ejecutivos de la música japonesa, alimentando un movimiento cultural imparable que encantaba a los más jóvenes.
En el underground, los ojos estaban puestos en la floreciente subcultura del hip-hop estadounidense, y así comenzó a crecer una escena local.
Entrados a la década de 1990, era imposible que los sellos discográficos japoneses ignoraran lo que se estaba oyendo.
La escena nacional florecía con talento creativo e interpretaciones únicas del género que lo diferenciaban de sus fuertes inspiraciones estadounidenses, e incluso, empezaron a surgir los primeros raperos locales.
En este tiempo, los MC japoneses desarrollaron un estilo de rap muy distintivo que se mantiene hasta el día de hoy.
A diferencia del inglés, los verbos auxiliares japoneses aparecen al final de las oraciones, y tienen un rango limitado de sílabas finales gramaticalmente correctas.
Esta estructura hizo que los flujos y los esquemas de rima que se encuentran en el hip-hop estadounidense fueran imposibles de replicar, pero, sin mayores contratiempos, los pioneros en Japón innovaron.
Sus rimas utilizaron sílabas acentuadas, verbos abreviados, homónimos y jerga del inglés estadounidense para forzar la fluidez. Este estilo rompió el molde de la poesía japonesa tradicional como el Haiku, que se basa en el número de sílabas en lugar de la estructura de la rima.
Escribir raps como este requería de un nivel diferente de habilidad, pero eso fue lo que empezó a abrir aún más el interés de los locales.
Así se fue dando la primera era del hip-hop japonés, un punto clave de la subcultura japonesa moderna.
Finalmente, hip-hop en Tokio floreció; actos como King Giddra y Buddha Brand debutaron con éxito comercial mientras se abrieron clubes centrados en el sonido, como Vuenos (ahora cerrado) y Harlem, donde los artistas comenzaron a aparecer ante bares repletos.
Lugares como Yoyogi Park también se hicieron populares para los cifrados, donde cualquier persona interesada en el estilo libre, el rap o el breakdance puede mostrar sus habilidades.
A su vez, este nuevo género dio pié a las escenas musicales de Tokio que hoy conocemos, o bien, la moda skate.
Aunque el hip-hop estadounidense clásico, impulsado por el ritmo, sigue siendo prominente en Japón, los raperos y productores de hoy día están de acuerdo en que el género continúa cambiando y desafiando a otros ritmos.
Eso no significa que el sonido local se haya desviado por completo de su contraparte occidental, de hecho, el intercambio cultural parece volverse más dinámico y conmovedor con esta fusión.
Si bien el “sueño americano” parece estar todavía en el corazón del sonido, la forma en la que el país nipón se adueñó de todo ello sigue siendo un motivo de encanto.
En última instancia, la escena hip-hop de Tokio habla de la belleza de la globalización: lo que comenzó como una tendencia importada ahora no solo es un elemento básico de la ciudad, sino un flujo y reflujo entre una comunidad internacional.
Después de la influencia inicial del extranjero, la cultura japonesa se ha duplicado para influir en los talentos norteamericanos: el artista Takashi Murakami diseñó la famosa portada de Graduation de Kanye West, y el anime inspirado en el hip-hop como Afro Samurai y Samurai Champloo se convirtieron en dos de los guiones más comúnmente muestreados en las pistas de baja fidelidad tan populares entre los oyentes en el extranjero.
Hoy día, para escuchar este género en Japón, puedes visitar Bloody Angle, en Shibuya; WREP Bar, en Tokio; o Sound Museum Vision, en Shibuya.
A continuación te compartimos gustaría compartir a algunos de los artistas japonés más llamativos de la década de 1990. Algunos de ellos pueden ser fácilmente reconocibles por su influencia en el género, mientras que otros son más oscuros y pueden ser menos conocidos incluso para los fanáticos más dedicados.
No obstante, alentamos a que escuche cada uno.
BUDDHA BRAND
Es un grupo japonés formado por el rapero y productor Dev Large, el rapero NIPPS, CQ y DJ Master Key.
Los cuatro miembros de Buddha Brand se conocieron en la ciudad de Nueva York en 1988 y actuaron bajo varios nombres (Uwasa no Channeru, Numb Brain Buddha Brand) antes de decidirse por el nombre de Buddha Brand en 1990. Durante este período, Dev Large y DJ Master Key eran habituales en varios clubes de Brooklyn, incluidos Gorilla's Den y Soul Powers.
RHYMESTER
Se trata de uno de los actos de hip-hop japoneses más antiguos, formado en 1989.
Debutaron en un sello independiente en 1993 con el EP Ore ni Iwaserya, que no fue bien recibido por la crítica.
Más tarde, lanzaron varios álbumes de estudio y gradualmente se hicieron populares no solo entre los fanáticos del hip-hop, sino también entre los fanáticos del rock, ya que frecuentemente colaboraban con músicos de rock como Kiyoshiro Imawano.
En 2001, el grupo hizo su debut en un sello importante cuando firmaron con Ki/oon Records, un subsello de Sony Music Entertainment Japan. El 3 de marzo de 2007, el grupo actuó en solitario en el Nippon Budokan, casi 20 años después de su debut original.
MICROPHONE PAGER
Con su disco Don’t Turn Off Your Light de 1995, Microphone Pager orgullosamente reclama Shibuya como su territorio, equilibrando flujos agresivamente intrincados con sonidos muy alternativos inspirados en el jazz.
Don't Turn Off Your Light aterriza sónicamente en algún lugar entre Souls of Mischief de Oakland y Digable Planets de Brooklyn.
A pesar de influir en muchos lanzamientos posteriores de hip-hop japonés con su encanto alternativo con visión de futuro, lamentablemente se pasa por alto con demasiada frecuencia en la escena japonesa dominante.
A continuación te dejamos otros sonidos que no puedes dejar pasar: