Desde el lanzamiento de Kingfish, su debut en Alligator Records de 2019, nominado al Grammy, el guitarrista, vocalista y compositor Christone 'Kingfish' Ingram se ha convertido rápidamente en la voz de blues que define a su generación.
Desde su ciudad natal de Clarksdale, Mississippi, hasta escenarios de todo el mundo, el ahora joven de 22 años ya ha encabezado dos giras nacionales y se ha presentado con amigos como Vampire Weekend, Jason Isbell y Buddy Guy, con quien saltó al escenario en Austin City Limits.
Antes de saltar a la fama, toda esta aventura comenzó cuando su padre le mostró un documental de Muddy Waters y quedó fascinado. A partir de ello, comenzó a tomar clases en el Delta Blues Museum de la ciudad y absorbió un siglo de estilos de guitarra, construyendo un sonido que abarca a B.B. King, Jimi Hendrix e incluso a Prince, entre tantos otros virtuosos de la guitarra.
Pareciera que su biografía o historia de origen pudiera parecer corta, ¿pero qué más puede decirse de un prodigio que se presentó triunfalmente ante el mundo apenas con 18 años de edad?
Desde entonces, él y su guitarra han aparecido en proyectos como la segunda temporada de Luke Cage de Netflix. También, ha sido entrevistado por Sir Elton John en su podcast de Apple Music, Rocket Hour, y recientemente lanzó un dueto con Bootsy Collins.
En enero de 2021, Ingram estuvo simultáneamente en las portadas de las revistas Guitar World y DownBeat, y apareció en la portada de Living Blues a fines de 2020. Por otra parte, Rolling Stone declaró que "Kingfish es uno de los guitarristas jóvenes más emocionantes en años".
En los dos años transcurridos desde el lanzamiento de Kingfish, han habido acontecimientos importantes que han alterado su vida tanto personal como profesionalmente
“Han habido muchos cambios, felicidad y desesperación en mi vida”, y es que, justo cuando su carrera despegaba, perdió a su mayor inspiración, su madre, y tuvo que poner pausa a su gira durante 13 meses por la pandemia. Este tiempo de reflexión y oscuridad 'con destellos de luz', como él lo describió, lo llevaron a considerar las nuevas direcciones que estaba tomando su vida, y comenzó a escribir canciones para su próximo álbum, 662, un número que significa el código de área del teléfono de la casa de Ingram en el norte de Mississippi, y que se empezó a utilizar por primera vez el mismo año en que nació: 1999.
"El mundo me fue presentado con Kingfish", dice Ingram sobre su debut en la cima de las listas de éxitos. “Ahora con 662, quiero que el mundo escuche y conozca un lado mío diferente y más personal”.
El álbum, grabado en Nashville y coescrito y producido (al igual que Kingfish) por el ganador del Grammy Tom Hambridge, presenta 13 canciones que muestran muchos aspectos de la personalidad dinámica de Ingram, así como su guitarra y sus habilidades vocales únicas.
Según el propio Ingram, “662 es un reflejo directo de mi crecimiento como músico, compositor, director de orquesta y como joven. Este álbum fue escrito durante la pandemia, poco después de regresar a casa después de un año y medio vertiginoso de giras y promociones de Kingfish. Fue un momento increíble de cambio y crecimiento, con momentos tanto buenos como malos. Soy una persona mejor y más fuerte por ello, y este es el resultado".
Al día de hoy, la música del joven resalta no solo por su auténtico sonido bluesero, sino porque se trata de un artista resiliente, tanto musical como emocionalmente, dando muestras claras de ello en su nuevo lanzamiento.
Toco la música que los mayores hicieron y la hago funcionar para mi generación. Hablo de experiencias y cosas que he visto y oído, y lo hago a través del blues. Eso atrae a todo tipo de personas y la edad no importa.
No hay duda que Christone, que toca la guitarra con un tono dramático y abrasador y una autoridad firme, representa la próxima generación de grandes artistas de blues estadounidenses. Y eso es solo en el estudio, ya que en vivo cumple aún mejor esta profecía.