Cuarenta y seis años después, Animals, disco creado por Pink Floyd, se mantiene vivo y presente en cada generación que identifica el mensaje expresado.
La crítica social que impera en las letras, junto a la composición musical, deriva de La rebelión en la granja, libro escrito por el británico Eric Arthur Blair, mejor conocido como George Orwell, en 1945.
La obra por sí sola sumerge en la ficción del relato al lector que alcanza a caracterizar cada animal, con la estructura que constituye la sociedad y sus ambiguos estatus; pero, lo interesante es que el autor, plantea la historia desde el contexto político ruso de la época.
En la época en la que Pink Floyd entró al estudio de grabación (1976) la banda estaba muy enfocada a la crítica social en torno a los procesos industriales y políticos de Inglaterra, desde su estilo, que era un perfil musical psicodélico. Este hecho definió por completo el concepto del álbum inspirando los títulos de cada tema, con las referencias y características sociológicas implícitas en los animales seleccionados de La Rebelión en la Granja.
La portada de Animals 2018 Remix. Foto: Rolling Stone
Así, con su música y sus discursos políticos y filosóficos, Pink Floyd logró consolidarse como un icono cultural del siglo XX y una de las bandas más influyentes en la historia.
Animals, de 1977, fue un disco duramente criticado por muchos de sus seguidores, pues lo consideraban pretencioso. A pesar de todo, con el paso de los años, este disco se volvió uno de los más reconocidos de la banda gracias a su impactante portada, pues en esta apareció por primera vez Algie, el icónico cerdo volador que hoy es un sello distintivo de Pink Floyd y su legado.
La historia del cerdo volador comenzó en 1976, cuando Roger Waters estaba buscando ideas para la portada de Animals. Hipgnosis, el estudio gráfico con el que había trabajado con la banda diseñando las portadas de los discos anteriores, sugirió que este nuevo álbum tuviera como portada a un niño descubriendo a sus padres teniendo intimidad.
Sin embargo, Roger Waters estaba buscando algo más simbólico. En ese entonces, Waters vivía en Clapham Common, Londres, y a menudo pasaba por la Battersea Power Station, una central termoeléctrica que en aquella época estaba a punto de terminar su vida útil. A Waters le encantaba ese edificio porque, según el músico, tenía una conexión especial con Pink Floyd: a las cuatro columnas las veía como a los cuatro integrantes de la banda.
El concepto completo del disco estaba inspirado en la novela La rebelión en la granja, pero hacía falta algo que completara el mensaje que quedaría registrado en la portada.
Entonces, el cerdo volador entró en escena y se integró como elemento para el arte del disco como representación de la clase política británica de esa época. El encargado de diseñar la versión de nueve metros del cerdo fue el artista australiano Jeffrey Shaw, junto con la compañía alemana Ballon Fabrik.
Así, Algie voló por primera vez el 2 de diciembre de 1976 frente al edificio elegido por Waters. Todo estaba listo, incluso la banda contrató a un tirador para dispararle al globo del cerdo por si se escapaba. Pese a todo lo que se planeó, el globo se desamarró y ascendió por el cielo londinense, justo por la ruta de los aviones que volaban al aeropuerto Heathrow, provocando el retraso de muchos vuelos.
Algie fue recuperado por la banda tres días después en Kent, cuando un granjero enfadado porque el inflable asustó a algunas de sus vacas se los entregó y entonces Pink Floyd pudo continuar con la sesión de fotos.
Cabe señalar que la imagen final elegida para el arte fue una en donde se superpuso al cerdo frente a la estación eléctrica y así fue como nació el concepto de esta icónica figura y que en cada uno de los conciertos de Pink Floyd que siguieron al lanzamiento de Animals se utilizaran cerdos inflables gigantes.