Kurt Cobain, Eddie Vedder y Chris Cornell, cada uno con sus respectivos proyectos musicales, encabezaron el movimiento grunge que dominó buena parte de la década de los 90.
El que Seattle, Washington, fuera la cuna de Jimi Hendrix fue sin duda motivo suficiente para que este estado norteamericano figurara, y con honores, en el mapa del rock. Muchísimos años tuvieron que pasar para que fuera, de nuevo, epicentro de las noticias en materia de música.
La compañía discográfica Sub Pop Records no fue, hasta mediados de 1991, más que un pequeño sello independiente, el cual sin mayores propósitos financiaba y buscaba distribuir las grabaciones de un grupo de músicos, todos ellos conocidos entre sí, quienes poco a poco habían comenzado un movimiento musical de naturaleza totalmente subterránea.
Esta vanguardia, mejor conocida como grunge, estaba compuesta por una intensa carga ideológica, heredada indudablemente de los punks y con un estilo musical, el cual irónicamente contenía elementos del folk americano setentero, técnicas de funk y el alto volumen del rock pesado.
Como punteros de esta oleada se encontraba Mudhoney, quien quizás en ese momento llegó casi a la excelencia musical pero después no brilló con tal fuerza. En el mapa del grunge le seguían Soundgarden y Pearl Jam, dejando a Nirvana en último lugar.
Y precisamente por eso vale la pena repasar, muy brevemente, quienes son indiscutiblemente las tres piezas claves del grunge de los 90.
KURT COBAIN
A 27 años de su muerte, el líder de Nirvana sigue presente en la escena musical, tanto por su legado artístico como por su singular vida y la atracción que aún ejerce en miles de fans.
Sin duda, Kurt Cobain murió como las grandes estrellas del rock: en la cúspide de su carrera, con una gran fortuna y con mucho tiempo por vivir.
Los tres álbumes de estudio de la banda que lideró, Nirvana, Bleach, de 1989, Nevermind de 1991, e In Utero, de 1993, resultan seminales en la perspectiva de las bandas y géneros de rock posteriores. Además, muestran la evolución de Cobain como compositor y músico.
Nevermind definió el sonido del rock de la primera mitad de los años 90. También fue el primer intento de un sello comercial para vender grunge.
EDDIE VEDDER
El vocalista de Pearl Jam siempre mantuvo una afrenta con Kurt Cobain, pues este último consideraba que su banda se colgó del éxito de Nirvana.
Sin embargo, poco después del suicidio de Cobain en 1994, Vedder reconoció la importancia y el lugar de éste en la música lo que movió a los fanáticos del grunge.
La poderosa y desgarradora voz de Vedder se diferenció del resto por tener una cadencia única y sumamente especial.
La banda de Seattle acumula, hasta ahora, once discos de estudio y el mérito de haber vendido más de 100 millones de copias alrededor del mundo.
CHRIS CORNELL
El vocalista de Soundgarden, la primera banda de grunge a la que se le acercaron las grandes discográficas, se convirtió en el foco del movimiento por su apariencia física pero esto no significaba que su talento fuera menor.
De los tres grandes grupos de aquella época, Soundgarden fue la que menos vendió pero se mantuvo más sensible a las esencia de sus integrantes y el gran responsable de este fue el mismísimo Cornell.
Precisamente por eso él fue el primero que se lanzó en 1999 en solitario con propuestas diferentes al movimiento.
Expertos califican a Chris Cornell como el más grande compositor salido de Seattle, pues su voz la usó para procesar su dolor y su depresión como nadie más de aquel movimiento.