Cuando se habla de un dúo musical exitoso durante las décadas de 1960 y 1970, Ike y Tina Turner es quizá el más importante de todos, y cuando se habla de relaciones tóxicas en la misma industria, el nombre ambos es igualmente indispensable.
Nacida Anna Mae Bullock en 1939, la mujer que sería conocida como Tina Turner tuvo una infancia difícil.
Sus padres eran pobres y se separaron, dejando a Turner y a su hermana bajo el cuidado de su abuela. Como método de supervivencia en su adolescencia, Tina se sumergió en la escena musical R&B de St. Louis, que además de ayudarla a sobrellevar estos años complicados, le definió la vocación de su vida.
Consiguió trabajo en el Club Manhattan, donde su camino se cruzó con Ike Turner, el líder de Kings of Rhythm, a quien se le atribuye como uno de los primeros grupos en presentar el rock and roll en el mundo con su canción Rocket 88.
Tina, quien apenas era una adolescente, no se sintió particularmente atraída por Ike románticamente a primera vista, de hecho, le pareció poco atractivo, aunque más adelante confesó que sintió una especial admiración por su voz.
Una buena noche que ambos se encontraban en el lugar, Tina se levantó al escenario para cantar a lado de él una versión de You Know I Love You de BB King, y su vínculo musical se formó instantáneamente.
Fuente: Getty Images | Vanity Fair.
En 1962 se formó la pareja Ike y Tina, así que pronto se casaron en Tijuana, México, de la mano de los hijos de ambos, frutos de relaciones anteriores.
Aunque todo parecía color de rosas y la creatividad, talento y éxito merodeaba el entorno de ambos, lo que sucedió antes, durante y después de su boda fue una dolorosa historia de maltrato físico, psicológico y de un largo camino hacia la emancipación.
Para mediados de 1960, el encanto de Tina y la fuerza de Ike se cansaron de colocar éxitos en las listas de popularidad. Con canciones como I Idolize You, Poor Fool y It's Gonna Work Out Fine, la pareja escaló su popularidad y brilló como no lo hacía ningún otro dueto de la época.
En 1971, la cúspide de la gloria llegó para ambos cuando presentaron su versión de Proud Mary de Creedence Clearwater Revival, que les valió un Grammy a la mejor interpretación vocal de R&B de un grupo. Pero mientras ante el público se veía a unos artistas fantásticos, la realidad es que el comportamiento violento y de autosabotaje de Ike con Tina tenía a la agrupación en serios problemas.
Para intentar mantener el éxito y el flujo de dinero, Tina soportó el abuso físico y emocional regular de su cónyuge durante años, a veces obligándose a cantar y bailar después de haber sido maltratada.
La situación doméstica de ambos estaba implacablemente impregnada de miedo y dolor mientras Ike abusaba de las drogas y desfilaba abiertamente alrededor de sus amantes.
Al respecto de la situación, la misma Tina, declaró:
Para ser honesta, a veces sus amantes se convertían en mis mejores amigas porque, de una extraña manera, estábamos en el mismo bote, dependientes de Ike y constantemente a su entera disposición, gobernadas por él, abusadas por él. Éramos como miembros de un culto.
Durante la década de 1970, Tina e Ike eran las estrellas doradas, pero fue el mismo tiempo el que estaba determinando su destino: Ike estaba peor que nunca y Tina intentó suicidarse.
Después de recuperarse, Tina, con la ayuda de la filosofía budista, fue cada vez más consciente de su fuerza, lo que la llevó a adoptar la visión de sobrevivir y eventualmente escapar del matrimonio, plan que finalmente se concretó en Dallas durante el verano de 1976, cuando huyó de Ike después de una pelea y logró ponerse a salvo en un Ramada Inn prácticamente sin dinero.
Al poco tiempo, Tina finalmente logró el divorció y no tomó más activos que su nombre de actuación (que estaba bajo contrato a petición de Ike) y dos autos.
Durante este tiempo, Tina actuó de manera constante en lugares más pequeños mientras también se encontraba endeudada. Hizo algunos trabajos clave de networking y firmó con el manager Roger Davies para unirse a Capitol / EMI Records.
A mediados de sus 40 años, Tina protagonizó un regreso a la música pop con su álbum Private Dancer de 1984, y una gran cantidad de sencillos que incluían una nueva versión de Let's Stay Together de Al Green, Better Be Good to Me, y What’s Love Got to Do With It, ganadora de un Grammy, y vista por muchos como su canción característica.
La última vez que Ike y Tina se vieron fue en el 1986 en el Caesar's Palace de Las Vegas, cuando él se acercó a ella para proponerle la idea para un espectáculo común. La idea consitsía en juntar de nuevo a Ike y Tina y a Sonny y Cher bajo el concepto Broken Pieces Put Together With Crazyglue, que desde luego no prosperó, no tanto porque no fuera una buena idea, sino que ellas simplemente ya no lo necesitaban.
Tras la negación del compromiso, y habiendo cumplido condena en prisión por posesión de drogas, Ike publicó su propia autobiografía, Takin 'Back My Name: The Confessions of Ike Turner, en 1999, y obtuvo otro Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Blues Tradicional por su set de 2006, Risin' With the Blues, habiendo trabajado con el grupo de pop alternativo Gorillaz el año anterior.
Murió de una sobredosis de cocaína en diciembre de 2007.
Por el otro lado, Tina se retiró de la música y la actuación en 2013, después de 54 años de carrera artística. Además, renunció a la nacionalidad estadounidense para transformarse en una ciudadana suiza. Contó más tarde en sus memorias en 2018, con My Love Story, donde reveló las escalofrantes experiencias a lado de Ike.
Los años de Tina Turner después de la música demuestran que la cantante es una talentosa sobreviviente, ya que además del complicado pasado que acompañó su carrera musical, le ha tenido que hacer frente a una serie de imponentes retos de salud y vida, que incluyen presión arterial alta, un derrame cerebral, cáncer e insuficiencia renal, así como el suicidio de su hijo mayor, Craig, en 2018.