Más de una vez hemos escucho hablar de los “poetas malditos”.
¿Quiénes fueron y por qué se llamaron así? Inclusive está la famosa película “La sociedad de los poetas muertos” (Dead Poets Society) de 1989 que hace alusión a romper los sistemas establecidos y hacer las cosas de diferente manera en la década de los 50.
El movimiento de los poetas malditos nació en el siglo XIX en Francia, cuando una serie de poetas y escritores comenzaron a romper las reglas establecidas buscando la belleza donde nadie la veía. Estos personajes coincidieron en la vida bohemia porque quisieron vivir su vida al máximo sin importar trastocar el convencionalismo francés.
Su mejor arma fue su poesía con aire gótico y destructivo, desprovista de lógica y razón que los alejó de las sociedades conservadoras y círculos de intelectuales.
Se caracterizaron por renunciar a la fama y la escena pública. Gustaban del alcohol, la juerga, las drogas y el sexo. Los poetas malditos padecieron en sí mismos la enfermedad, el abandono y la crítica. Todo junto les proporcionó la inspiración suficiente para sus obras.
Entre los poetas malditos más destacados se encuentran:
Charles Pierre Baudelaire (1821-1867)
El rebelde Baudelaire incursionó en varios géneros como el ensayo, la crítica artística y por supuesto en la poesía. Las Flores del Mal es una de sus grandes obras que tuvo influencia de la estética de Edgar Allan Poe.
Jean Nicolas Arthur Rimbaud (1854 –1891)
Rinbaud vino de una familia aristocrática. Dejó las comodidades de su status social para viajar hasta África. La experiencia lo hizo considerar que un buen artista debía desafiar sus sentidos para ver la auténtica cara del mundo.
Paul-Marie Verlaine (1844 – 1896)
Verlaine llevó una vida turbia, alejada de convencionalismos y con experiencias desagradables. Uno de los episodios más sonados del artista fue la pelea que tuvo con Rimbaud a quien le disparó en la muñeca en dos ocasiones cuando viajaban a Bruselas; fue encarcelado por ello.
Stéphane Mallarmé (1842 – 1898)
Mallarmé abrió paso a las siguientes generaciones con su estilo artístico, literario, estético y poético. El autor acostumbraba a reunir a sus discípulos en su casa organizando tertulias y hablando de cómo la poesía cambiaría el futuro.