Sonny Chiba no solo fue un actor japonés y maestro de las artes marciales, fue un hombre duro que influenció a generaciones futuras por su noble corazón, más que por los memorables diálogos o batallas que sostuvo en pantalla.
La carrera de Chiba en el cine y la televisión abarcó cinco décadas, desde 1960 hasta 2010, donde apareció en innumerables títulos japoneses, además de algunas películas estadounidenses con notoria popularidad.
En muchos de estos proyectos, el actor que siempre se presentó fuerte, mostró sus habilidades expertas en artes marciales y luego coreografió escenas de lucha más adelante en su carrera, unas que lo compararían eternamente con el estandarte de la pelea china, Bruce Lee, así como inspiraría la carrera de otros duros como Charles Bronson, Sylvester Stallone y Jean-Claude Van Damme.
Nacido como Sadaho Maeda en Fukuoka, Japón, el 22 de enero de 1939, comenzó a aprender artes marciales mientras estaba en la Universidad de Ciencias del Deporte de Nippon en 1957.
Durante ese tiempo, estudió con el maestro de karate Masutatsu "Mas" Oyama y obtuvo un cinturón negro de primer grado en 1965.
Más tarde, cuando se dió cuenta de las puertas que podía abrirle su singular estilo de pelea, así como su imponente forma física que portaba con 1.79 metros de estatura, llegó al séptimo arte con enormes deseos de triunfar, y con ello su interpretación de Oyama en una trilogía de películas, Champion of Death, Karate Bearfighter y Karate for Life, a fines de la década de 1970, con gran recibimiento entre la audiencia de Oriente.
Sonny Chiba, ya con este nuevo nombre con el cual se le identificaría el resto de su vida, no era un luchador elegante y fluido como el ícono de la pantalla y su contraparte chino, Bruce Lee, más bien, Sonny era una máquina feroz que derribaba a sus oponentes con los puños y los pies, siempre con una cara amenazante que quedó grabado en el colectivo japonés.
Con su aparición en Street Fighter y las secuelas que le siguieron, Chiba se estableció firmemente como un antihéroe clave del cine asiático de artes marciales, uno que hablaba poco y usaba sus puños mucho para resolver problemas, y la gran demanda de los fanáticos de la acción permaneció notable durante el ascenso de su carrera.
Durante los siguientes 20 años, el notable actor protagonizó numerosas producciones de cine y televisión japonesas con énfasis en peleas contundentes, espadas samuráis y gánsteres Yakuza.
Poster de The Street Fighter, 1974. Fuente: IMDb
A la par de su estrellato creciente, nunca se apartó de las artes marciales, por lo que en 1984, establecido como la importante figura asiática en la que se había convertido, recibió un cinturón negro en diversas disciplinas como el ninjutsu, shorinji kempo, judo, kendo y goju-ryu karate.
Fuera de Japón, la serie de películas Street Fighter ha logrado una popularidad duradera a través de muchas proyecciones de culto a medianoche dada su calificación restringida, de forma que llegó a un joven cineasta independiente llamado Quentin Tarantino, quien más adelante en su carrera utilizó claras referencias e imágenes de las películas de Sonny en varias de sus propias, incluidas True Romance (1993) y Pulp Fiction (1995).
Cuando Tarantino decidió lanzar su pelicula Kill Bill: Vol. 1 en 2003, estaba asombrado de que Chiba aceptara el papel clave del impetuoso, y a veces humorístico, maestro de las espada, Hattori Hanzo, papel con el que Sonny Chiba terminó de inmortalizar su figura e influencia, tanto en las artes marciales como en el cine.
Hasta su muerte el 18 de agosto de 2021, Sonny trabajaba activamente alentando y capacitando a jóvenes aspirantes que buscan dejar su huella en la pantalla y en la lucha tradicional.
Será extrañado, entre tantas cosas, por ser uno de los actores con el corazón más amable que uno se pudiera encontrar, lo que traducía a la gracia con la que se desenvolvía en cada papel.