Durante la década de los 30 y 40, México se convirtió en un imperio de la cinematografía y esto se consiguió a través del trabajo que realizaron, entre otras personas, grandes actores.
En la tan famosa Época de Oro, México se convirtió en una especie de Hollywood con todas sus virtudes y vicios para muchísimos países.
El cine nacional influyó en la identidad nacional, pero también en el extranjero, pese a la distancia cultural y a la Segunda Guerra Mundial, la cual hizo que disminuyeran drásticamente la producción de películas en países como Estados Unidos o Francia.
Precisamente por esto vale la pena recordar un poco de esas grandes leyendas que hicieron brillara el cine mexicano como nunca antes.
PEDRO INFANTE
Su gran voz y carisma, convirtieron a Pedro Infante en el primer héroe masculino del pueblo mexicano. Su trágica muerte en un accidente de aviación lo terminó de inmortalizar.
Pero más allá del mito o la leyenda, el éxito del actor radicó en que representaba al mexicano ideal.
En las películas que protagonizó, Infante dio vida al hombre mexicano trabajador, cariñoso, honesto, que canta muy bien y es muy macho.
Protagonizó cintas tan famosas como Pepe el Toro, Tizoc, Ustedes los Ricos, Los Tres García y La Oveja Negra.
MARÍA FÉLIX
La gran María Félix fue una mujer que parecía reinventarse día a día hasta su muerte.
Sobre la famosa Doña corre toda clase de anécdotas tan fascinantes como escandalosas, pero lo que queda claro es el gran impacto de su belleza, sensualidad, porte y personalidad, sello de su carrera cinematográfica.
Inició cuando el productor, director y guionista, de breve paso por la pantalla grande, Fernando A. Palacios, la descubrió hacia 1940 en la calle de Palma, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
María tenía entonces unos 26 años y debutaría en El Peñón de las Ánimas al lado de Jorge Negrete, en un papel pensado para Gloria Marín, su mujer en aquel entonces.
Doña Bárbara, Una mujer sin alma, Doña Diabla, Enamorada y Río Escondido son algunas de las películas que protagonizó en su brillante trayectoria.
JORGE NEGRETE, EL CHARRO CANTOR
Jorge Negrete representó en la pantalla grande, de forma extraordinaria, el quehacer de la charrería y su vestimenta típica.
Fue sin duda una de las personalidades más taquilleras del cine mexicano y fuera del territorio nacional.
Con una carrera militar, grandes habilidades como jinete, amplio conocimiento del inglés, alemán e italiano y educado en el bel canto, Negrete trastocó la música folclórica y llevó a cuestas un papel que nunca aceptó del todo: el charro cantador y macho impulsivo, altanero y bebedor debido a que no tomaba alcohol, pero fumaba en exceso.
Entre sus filmes más famosos se encuentran ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, Historia de un gran amor, Así se quiere en Jalisco, El peñón de las ánimas y Dos tipos de cuidado.
SILVIA PINAL
Silvia Pinal es considerada como una de las últimas leyendas vivientes de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Esta comenzó su carrera cinematográfica en 1949 y trabajó con personalidades como Carmen Montejo, Sara García, Mario Moreno "Cantinflas”, Germán Valdés "Tin-Tan" y Pedro Infante.
Con Luis Buñuel, uno de los directores de cine más controvertidos de la época, por considerarse un revolucionario en el séptimo arte, filmó tres de las más famosas películas tanto de la actriz como del director.
Viridiana es el filme más popular de Silvia Pinal y el que la llevó a ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Las otras dos películas que filmó junto a este extraordinario director son El Ángel Exterminador y Simón del Desierto.