Akira Kurosawa: El samurái que marcó al cine japonés
Akira Kurosawa fue un hombre excepcional en distintos sentidos y su paso por el mundo del cine fue arrollador.
Es de los directores más aclamados, famosos y reconocidos, pero ¿qué hay más allá?
Nació en Tokio el 23 de marzo de 1910.
Fue el séptimo hijo de un matrimonio tradicional y descendiente de un linaje samurái.
Siempre se vio rodeado de parentela y vivió el terremoto de Kanto en 1923.
Suceso que cimbraría su existencia por la crudeza de las imágenes a las que se enfrentó.
Exploró la pintura, gustaba de la buena literatura e intentó suicidarse en alguna ocasión.
Todos estos elementos y más forjaron el carácter que lo llevaría a convertirse en uno de los mayores directores de la cinematografía japonesa.
El cine de Kurosawa
Pronto desarrolló sellos distintivos en su obra. Quienes trabajaron cerca de él, sabían que era un perfeccionista a todas luces.
Le agradaba colocar las cámaras lejos de los actores para obtener mejores interpretaciones.
Cuidaba del vestuario en tanto quería que cada uno de los involucrados se sintiera cómodo en la piel del personaje.
Y los elementos meteorológicos le fascinaban, por lo que prestaba atención hasta en el más mínimo detalle.
La libertad creativa de la que gozaba y sus historias profundas lo llevaron al reconocimiento mundial.
Trabajó con una amplia gama de géneros y realizó cintas entrañables.
Entre sus títulos se encuentran: Los siete samuráis, La más bella, El cazador, Rapsodia en agosto y muchos más
Falleció un 6 de septiembre de 1998 y permanece como referente e influencia fundamental en el cine.