Felipe Cazals, director de Canoa, El apando, Las Poquianchis y Los motivos de Luz, quien fuera calificado como un “director fundamental en la historia del cine mexicano" por la Academia Mexicana de Cine, murió este sábado a los 84 años de edad.
Hasta el cierre de esta edición, conitnúa sin conocerse las circunstancias y las causas exactas de la muerte del cineasta, considerado uno de los directores y guionistas más influyentes a partir de la década de los años 70, no sólo en México, sino también en Latinoamérica y Europa.
Cazals nació el 28 de julio de 1937 in Guéthary, Francia, pero al poco tiempo después su familia emigró a México, donde fue registrado y donde vivió la mayor parte de sus años. Tras recibir una educación en escuelas maristas y militares, su gusto por el cine lo llevó a obtener una beca para estudiar cine en el célebre Institut d’Hautes Etudes Cinematographiques (IDHEC) de París, misma que abandona poco tiempo después.
Tras regresar a México, se incorporó al equipo de realización del programa televisivo La hora de Bellas Artes, para el que realiza sus primeros cortometraje: ¡Qué se callen!, de 1966, y Leonora Carrington, el sortilegio irónico, entre otros, reconocidos en festivales internacionales como el de Mar del Plata y Sao Paulo.
Durante la década de los sesenta, Felipe Cazals y un grupo de amigos y colegas cineastas, como Arturo Ripstein, Rafael Castanedo y Pedro F. Miret, entre otros, orman el grupo Cine Independiente de México, una asociación dedicada a la realización de cine experimental, con la cual Cazals produjo sus dos primeros largometrajes: La manzana de la discordia, de 1968, y Familiaridades, de 1969.
Al poco tiempo depsués, llegó su obra Canoa, de 1975, basada en hechos reales, sobre un cura que incita a un pueblo a matar a unos jóvenes presentándolos como una amenaza comunista en 1968, que le valió un Oso de Plata en Berlín como premio especial del jurado, definiendo lo que sería quizá su película más festejada. Con este largometraje, recordó las injusticias que se vivieron durante la madrugada del 14 de septiembre de 1968, cuando unos jóvenes que buscaban refugio en una comunidad llamada San Miguel Canoa, Puebla fueron asesinados a sangre fría por algunos habitantes.
Una década después, obtuvo la Concha de Plata a mejor director en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián por Los motivos de Luz, un filme sobre una mujer encarcelada tras ser acusada de haber asesinado a sus hijos, que también le valió premios Ariel, el equivalente mexicano de los Oscar, a la actriz Patricia Reyes Spíndola, así como a la actriz de reparto, Ana Ofelia Murguía.
Con el paso del tiempo, los galardones continuaron para Cazals, quien ganó nuevamente el premio Ariel a la mejor dirección por El año de la peste y Bajo la metralla en 1980 y 1984 respectivamente, mientras que su largometraje documental Digna: Hasta el último aliento fue galardonado en estos premios en 2005. Sus Ariel más recientes a mejor dirección y guion original los recibió un año más tarde, en 2006, por Las vueltas del citrillo, mientras que en 2010 fue reconocido por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas con un Ariel de Oro a su trayectoria.
Chico Grande, Rigo es amor, Las inocentes, y Las poquianchis, una crónica estrenad en noviembre de 1976 sobre el auge y la caída de las célebres lenonas guanajuatenses, en la que se alterna su narración con una feroz crítica a la corrupción política que afecta al campesinado mexicano, fueron otros de sus trabajos.
Fuente: Twitter
Por su parte, la Secretaría de Cultura del gobierno federal, tras informar la madrugada de este domingo del fallecimiento del cineasta, se refirió a él un “director indispensable en la historia del cine mexicano, un contador de historias que defendió las causas justas e inspiró a varias generaciones con más de 40 películas”.
Se nos ha ido un contador de historias que defendió las causas justas e inspiró a varias generaciones con más de 40 películas, y como tal será extrañado.
