Zhong Lin es conocida como fotógrafa de moda, pero se resiste a estar atada al género debido a que no le gusta que su trabajo sea definido en una categoría específica.
Al igual que muchos otros fotógrafos que trabajan en la intersección de la moda y las bellas artes, Zhong no ve una distinción entre el trabajo personal que realiza y aquel que ejecuta por encargo.
Resulta interesante que Zhong Lin sea una fotógrafa autodidacta debido a que su pasión se encendió hace una década atrás mientras estudiaba publicidad en Kuala Lumpur.
Mientras revelaba películas en blanco y negro en el cuarto oscuro, descubrió el potencial de la fotografía para poder crear nuevos mundos.
Utilizando accesorios como telas y maquillaje, así como un toque de postproducción, esta artista comenzó a crear composiciones surrealistas que se caracterizaron por contar con interesantes texturas y mucho movimiento. Su excéntrico estilo llamó la atención de las revistas y marcas de moda, por lo que su trayectoria comercial rápidamente ganó fuerza.
Cuando la pandemia por Covid-19 frenó los viajes internacionales, Zhong descubrió que su trabajo se paralizó. Atrapada en Taipei, inició una ambiciosa serie personal. En abril de 2020, comenzó Project 365, desafiándose a sí misma a crear una nueva imagen todos los días durante un año, lo que publicaría en su cuenta de Instagram.
Algunos días resultaron sencillos para Zhong Lin, pues contaba con una visión que se desarrolló semanas antes, pero otros fueron sumamente exigentes debido a que solo podía trabajar con los recursos que tenía en su hogar, lo que era bastante limitado.
A esta artista, a quien le gusta explorar el mundo experimentando las cosas desde perspectivas desconocidas, le ayudó conectarse con la escena creativa de Asia, por lo que estilistas y maquilladores de dicha región se acercaron a ella y le ofrecieron colaborar con ella.
El trabajo de esta artista es onírico, pero también puede resultar caótico e inquietante. Dicha discordia quizás tenga sus raíces en la educación tan diferente que recibió. Nacida en Alor Setar, una ciudad ubicada en la costa oeste de Malasia, Zhong Lin describe su país como rico en culturas de diferentes etnias.
Fue criada por un padre británico y una madre china, así que creció viendo películas de Hollywood y manga japonés, además de escuchando música india y disfrutando de la comida malaya, lo que la da otra visión del mundo, muchísimo más multicural.
Gracias a lo anterior es que Zhong suele presentar ingeniosas composiciones fotográficas que cuentan con una vibrante paleta colores vibrantes, pero que al mismo tiempo mantienen un clásico y sereno trasfondo de belleza clásico.