Minucioso y mágico es como resulta el estilo artístico de Mónica Moussali, quien se ha posicionado, gracias a su visión y gran sensibilidad, como una reconocida artista en México.
Por eso, cuando uno ve alguno de los murales de Mónica Moussali y sabe, sin que nadie lo diga, que fueron creados por esta artista, se puede decir que alcanzó una meta importante, pues la reinterpretación que hace del mundo y el cómo juega con los colores y muy diversos materiales, desde la cerámica y la resina o el cobre y papel, resulta interesante.
A lo largo de los años, esta artista jamás ha dejado de experimentar para buscar que sus obras sean mucho más que eso y que, a través de su belleza, se conviertan en la pieza central de cualquier espacio que se verá totalmente transformado.
“Cuando iba en la universidad me di cuenta que me iba a dedicar al arte. Siempre me llamó la atención toda la parte manual, todo el arte, el diseño”, acotó.
Mural Ráfaga II, de Mónica Moussali. Fuente: Cortesía
Para esta artista, lo que siempre resultaba más importante (y hasta ahora sigue siendo así) era cuidar los detalles, lo profundo de cada pieza, pues, de alguna forma, esto se convertiría en el alma de cada obra.
“Para mí lo importante lo hallaba en el detalle, la textura, así como en el color. Hacía miles de pruebas de color en cada proyecto que nos pedían, pues con un pequeño cambio la pieza puede transformarse por completo”, abunda la también mujer de negocios.
Al principio de su carrera, de acuerdo con la propia artista, no tenía claro con qué materiales quería trabajar, así que decidió explorarlos todos para aprender de cada uno de ellos. Básicamente se convirtió en una especie de alquimista.
Gracias a esto descubrió cuáles eran las debilidades y cuáles eran las fortalezas de cada uno y dejó llevarse por los mismos para saber cuáles eran los indicados para esta hacedora de belleza que, en la gran mayoría de ocasiones, opta por trabajar con cerámica y resina para crear piezas que no solo resultan imponentes sino que sumergen a nuevos mundos.
Con la resina, según narra la propia artista, las piezas que se obtienen suelen ser casi perfectas, muy homogéneas. Para los amantes de la precisión este material es el indicado y por eso lo utiliza.
Pero si se busca belleza en lo imperfecto, en las piezas únicas, la decisión de Mónica siempre será la de crear y jugar con las infinitas posibilidades que brinda la cerámica.
Su pasión por ese hermoso y caprichoso material no es nuevo, pues su tesis de la carrera la hizo sobre recubrimientos en azulejos de cerámica. Su imparable exploración de materiales inició ahí, pues esto le brinda posibilidades infinitas.
“Mi tesis la hice sobre recubrimientos en azulejos de cerámica. De ahí es cuando empezó toda la exploración de serigrafía, de la pintura a mano, de vaciados”, recordó la artista.
Detalle de Ráfaga II, de Mónica Moussali. Fuente: Cortesía
Fue en 2014 cuando Mónica tomó una gran y muy acertada decisión y decidió enfocar toda su creatividad y energía al proyecto de los murales, pues se encontraba en la disyuntiva de solamente trabajar en estos o los azulejos debido a que, hasta cierto punto, fueron su primer gran proyecto.
Las posibilidades que los murales le brindaban eran enormes: el jugar con las figuras, los materiales, las texturas y los colores hicieron que esta artista encontrara el que sería el principio de una larga y muy exitosa carrera.
“Podía usar todo lo que hacía en los azulejos, pero mucho más interesante, con materiales que la gente lo podía apreciar más que un azulejo”, indicó.
Pero el estilo que actualmente conocemos y con el que brilla Mónica Moussali se vio aún más nutrido cuando sus hijas Rebeca y Arlete se sumaron a su proyecto, pues estas le dieron un nuevo impulso y grado de sofisticación a los murales.
Lo anterior se refleja en el reconocimiento que han obtenido y la gran aceptación de su trabajo, pues cuando empezaron tan solo vendían el 10% de las obras de las que ahora producen, lo que las llena de orgullo ya que esto genera empleos para talentosas personas que las ayudan a materializar sus creaciones.
“Nosotras tres estamos en Mónica Moussali, pero vamos de la mano con muchas personas; ya sea el taller de resina, el taller de cerámica que se especializa en diferentes técnicas. En total probablemente nos apoyan entre 20 y 25 personas”, agregó Rebeca Haboba, hija mayor de Mónica Moussali.
En la siguiente entrega semanal sobre los fascinantes murales de Mónica Moussali, que será la tercera de un total de cuatro, conocerás más detalles sobre sus procesos de elaboración y cómo es que los han ido perfeccionando con el paso de los años.
+++ Si estás interesado en un muro u obra específica de Mónica Moussali, por acá te dejamos su página web, cuenta de Instagram (@monicamoussali_art) y teléfono en el que podrás pedir informes (T: 5519631737).
Arlete Haboba (izquierda), Mónica Moussali (al centro) y Rebeca Haboba (derecha). Fuente: Cortesía