Irrumpir en una escena artística establecida puede resultar sumamente difícil para las jóvenes fotógrafas que en este momento se encuentran trabajando en su estilo.
Dicho esto, quisimos buscar cómo tres mujeres jóvenes mostraban Marruecos a través de sus propios ojos, como miembros de dicha sociedad.
Resulta por demás interesante lo que quieren proyectar (o no) de un país del que tal vez no se sabe tanto.
Y es precisamente por eso que decidimos abordar, de forma breve y muy concisa, la propuesta de tres extraordinarias y disruptivas fotógrafas marroquíes emergentes.
Madiha Sebbani
Esta artista marroquí multidisciplinaria, creadora de The Mask Project, se graduó del Instituto Nacional de Bellas Artes de Tetuán.
Sebbani se inclina por la experimentación, por lo que siempre combina diferentes formas y técnicas plásticas, lo que suele plasmar en sus proyectos visuales.
The Mask Project tiene lugar en un pueblo antiguo de Marruecos donde Sebbani observó los complejos comportamientos de su gente.
La máscara, que enfatiza el valor de su material de cobre como precioso, también destaca la sacralidad del rostro que protege.
Hind Moumou
A la también profesora de inglés de 26 años originaria de Rabat le gusta experimenta con fotos y videos cortos.
Ya sea figurativa o más críptica, hay un sentimiento de melancolía y soledad en sus imágenes, que no se limita a un estilo específico.
Moumou, quien forma parte del colectivo Noorseen, suele inspirarse en sus sueños que son muy vívidos y siempre han sido parte de su vida interior.
Esta artista trata de no planear sus fotografías, sino de capturar la sensación de un momento fugaz y así convertir su obra en una especie de diario visual.
Imane Djamil
Imane Djamil es una fotógrafa y poeta marroquí que vive entre Casablanca y París.
Comenzó a viajar sola cuando apenas tenía 15 años, momento en el que se interesa en la hermosa pero olvidada Tarfaya, una ciudad sahariana en la que Antoine de Saint Exupery vivió durante 18 meses mientras trabajaba para la antigua compañía postal francesa Aéropostale, lo que la acercó al arte como jamás imaginó.
En el proyecto 80 Miles to Atlantis esta fotógrafa interroga las múltiples capas de simbolismo en el paisaje construido y el natural, así como la redefinición de la arquitectura colonial a lo largo del tiempo y la difuminación de las líneas entre la realidad y el mito.