Las fotografías que captura la japonesa Izumi Miyazaki de sí misma resultan bastante surrealistas y bizarras a primera vista, pero estas cuentan con un trasfondo aún más poderoso.
Dichas imágenes cuentan con fuertes connotaciones culturales japonesas que critican algunos de los más famosos estereotipos, como la soledad.
"Como hija único, tal vez crecí un poco en la soledad, pero hoy, cuando tomo mis fotos y luego las miro, no me siento sola”, explicó la artista en una entrevista al portal Contemporary Asia.
Las imágenes que Miyazaki presenta suelen, muy a menudo, reflejar elementos típicos japoneses. En sus fotografías hay una referencia muy fuerte a la artista japonesa Miwa Yanagi quien, a través de su obra, se examina y a los estereotipos de la mujer en la sociedad japonesa contemporánea.
Cabe señalar que entre las fuentes de inspiración de Izumi Miyazaki también hay elementos que recuerdan la cultura occidental, como el surrealismo de René Magritte y la fotografía de Alex Prager.
Resulta curioso que la carrera profesional de esta artista haya comenzado sin siquiera habérselo propuesto ya que en 2012, cuando aún era estudiante en la Universidad de Arte Musashino de Tokio, abrió su blog en Tumblr e instantáneamente fue un gran éxito.
A partir de dicho momento, con los recursos que tenía a su alcance, esta artista empezó a dar vida a imágenes impregnadas de humor gracias al súper ingenioso uso de una gran variedad de accesorios como pescados, cuchillos de cocina, rebanadas de pan y huevos.
Lo que Izumi Miyazaki hizo a partir de ese momento, que es donde radica su genialidad, es que presentó escenarios cotidianos como lugares insólitos, llenos de magia.
En pocas palabras y, a manera de resumen, la obra fotográfica de Miyazaki resulta inolvidable debido a que muestra felicidad teñida de melancolía e invita a reflexionar sobre lo que realmente significa vivir la vida bajo la apariencia de una fachada.