Las instalaciones que el artista israelí Zadok Ben-David lleva a cabo son sencillamente espectaculares debido a que resultan totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados.
Si no has visto sus obras en físico debes de imaginar lo siguiente: son una mezcla entre piezas bidemensionales, como delicados recortes, que suelen formar parte de una pieza tridimensional a gran escala.
Debido a esto, a que sus creaciones resultan totalmente curiosas al espectador, es que Ben-David ha podido disfrutar de una gran popularidad a nivel internacional.
Siluetas de personas o animales están representadas con gran precisión gracias a este artista, pero las sombras que estas arrojan son las que suelen dar a cada instalación ese toque tan especial e inesperado.
Al igual que una ocurrencia tardía inesperada sobre la propuesta inicial, estas formas residuales parecen contar una fantasía propia.
Zadok Ben-David, nacido en Bayhan, Yemen, actualmente divide su tiempo entre el Reino Unido e Israel ya que le gusta tomar aspecto de ambos países para sus cautivantes obras.
En cada pieza que este artista realiza reflexiona sobre el lugar que al hombre le corresponde (o no) en el mundo.
El plantamiento que lleva a cabo en cada obra es único, pero la confección, en la que destaca la fragilidad de cada pieza y gran cantidad de detalles, es el común denominador en su trabajo.