Una de las figuras imprescindibles en la historia del arte digital en América Latina es Waldemar Cordeiro, pues fue uno de sus mayores impulsores además de ser considerado el padre del arte electrónico en Brasil.
Nació en Roma el 12 de abril de 1925, pero fue registrado en el Consulado brasilero para que, si así lo deseaba más adelante, obtuviera dicha nacionalidad sin problema alguno.
A los 19 años Cordeiro viajó a Sao Paulo para conocer a su padre, que era brasileño, sin siquiera imaginarse que su destino sería dejar un importante legado en el mundo del arte.
En aquel momento sus obras eran todavía claramente figurativas. Tres años después, es decir, en 1948 viajó a Roma y finalmente optó por solo contar con la ciudadanía brasilera.
Al volver a Sao Paulo, Cordeiro fundó el Art Club, promoviendo el intercambio cultural con el exterior.
El artista participó activamente en la vida cultural de Brasil en áreas como el diseño, la ilustración, el paisajismo y la crítica de arte.
Fue hasta 1969 que llevó a cabo sus primeros trabajos en computadora, en colaboración con el físico e ingeniero Giorgio Moscati, utilizando una computadora IBM 360 de la Facultad de Física de la Universidad de Sao Paulo.
Waldemar Cordeiro fue un defensor de las posibilidades de la tecnología al servicio del arte, y al mismo tiempo fue consciente de la necesidad de una integración armónica y coherente en la cual siempre las demandas del arte fueran la razón primera de la creación.
Hasta el día de su muerte, el 30 de junio de 1973, Waldemar Cordeiro transitó continuamente del campo de la producción artística al de la reflexión teórica, como pocos artistas lo han podido hacer.
Su importancia radica en que dejó huella práctica y teórica en el concretismo paulista, en el paisajismo moderno y en los inicios del arte electrónico.