KATSU es, literalmente, una leyenda del grafiti moderno debido a que su trabajo es bastante controversial y crítico.
Este artista, del que se sabe muy poco, utiliza el arte urbano para criticar los problemas actuales de la cultura contemporánea y de la vida urbana.
Debido a esto KATSU es considerado como uno de los grafiteros más subversivos ya que para llevar a cabo sus creaciones y que estas tengan el impacto que busca, ha llegado a vandalizar cosas como obras de Pablo Picasso, la Casa Blanca y la Gran Muralla China.
Gracias a este tipo de acciones, el originario de Nueva York, Estados Unidos, fue que ganó muchísima notoriedad en la década de los 90 en el mundo del grafiti.
Cuando uno camina por las calles de cualquier vecindario de la ciudad de los rascacielos es casi seguro que se topará con una creación de KATSU. De ese tamaño es su presencia.
Esto se debe a que constantemente, muy a su estilo, bombardea con pegatinas de sus icónicos cráneos de un solo trazo el mobiliario y las paredes de Nueva York.
A veces toma las latas de pintura y lleva a cabo tradicionales pintas en las que critica al internet y su desarrollo. Con ellas suele ser intencionalmente destructivo y conflictivo.
Aunque afirma no ser un artista, KATSU se ha ganado con el paso de los años un lugar dentro de la escena internacional del arte urbano.