El 18 de julio de 1988 murió de un derrame cerebral Nico, recordada como integrante de The Velvet Underground, pero también como una de las figuras más enigmáticas de la década de 1960.
Nacida Christa Päffgen el 16 de octubre de 1938 en Colonia, Alemania, durante el Tercer Reich, la acelerada vida de Nico comenzó cuando tuvo que salir de su ciudad con rumbo a Berlín tras los azotes de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de que comenzó una educación formal, la abandonó para seguir sus sueños en la música con gran tino ya que saltó a la fama como modelo y cantante a sus cortos 17 años.
Trabajó junto al fotógrafo Herbert Tobias, quien bautizó a Christa como Nico en honor a su ex novio Nikos Papatakis y la llevó a París para seguir produciendo su carrera dentro de las artes, donde coincidió con Coco Chanel.
En esos años, y tras aparecer en varios anuncios televisivos, en 1958, Nico obtuvo un papel en la película La Tempesta de Alberto Lattuada, y un año después actuó en un filme musical junto a Mario Lanza. En 1960 se unió al reparto de la película de Federico Fellini, La Dolce Vita.
Ya con un bagaje interesante en el cine y en la televisión, dejó Europa para probar su suerte en Nueva York, el lugar que se antojaba como el punto de ebullición para la vanguardia del momento, donde siguió su trabajo como actriz, pero también retomó su carrera musical.
Ahí, Nico comenzó a tomar clases de actuación con Lee Strasberg, y en 1963, debutó como cantante. Dos años después, Nico conoció al guitarrista de los Rolling Stones, Brian Jones, con quien comenzó una corta relación y le dió la oportunidad de grabar su primer sencillo, I'm Not Sayin, producida por Jimmy Page.
Nico y Brian Jones en el Festival de Monterey. Fuente: Vanity Fair
El mismo guitarrista le presentó otros grandes artistas a Nico hasta que un día conoció a Andy Warhol, quien la invitó a formar parte de The Velvet Underground y de algunas de sus películas, y es entonces que la aventura comenzó para la immigrante europea.
En 1967 finalmente llegó el primer resultado de esa fusión denominada The Velvet Underground & Nico, donde la voz profunda y distintiva sumado a su acento le dieron a las canciones y al álbum un carácter especial que no era muy comun para la época.
Siendo la voz principal en tres canciones Femme Fatale, All Tomorrow’s Parties y I'll Be Your Mirror, Nico se estabeció como una de las figuras más prometedoras de la época.
Fue el único álbum de estudio que grabó con ellos, y aunque ahora se considera una obra maestra absoluta de la música adelantada a su tiempo, fue mal recibido y un fracaso comercial tras su lanzamiento, condenando su relación con los integrantes.
Luego de esta aventura, la cantante realizó una gira con el proyecto multimedia de Warhol, The Exploding Plastic Inevitable y lanzó su álbum debut en solitario Chelsea Girl, donde grabó canciones de Bob Dylan, Tim Hardin, Jackson Browne, Lou Reed, John Cale y más.
El trabajo fue un éxito pero ella estaba descontenta con los arreglos de flauta que le habían impuesto. Para su segundo trabajo, Marble Index, publicado en 1969, trabajó más bajo sus métidos con un órgano armonio, que sería desde entonces su marca de fábrica, situando su arte entre la psicodelia, el punk y la música renacentista.
Con parones y arranques, encuentros y desencuentros con sus adicciones, llevándose a cabo entre su faceta de cantante, actriz y modelo, siguió grabando y actuando hasta los últimos años de su vida, que terminó una tarde que paseaba en bicicleta por Ibiza.
“Nadie amaba a Nico. Y Nico no amaba a nadie”, sentenció su gran amigo del París de los 60, Carlos de Maldonado-Bostock.