Las fotografías de Elizaveta Porodina, combinan fuerza, nostalgia y misterio, siempre basándose en la condición y la psique humana.
Con su toque fiel a la belleza estética, la fuerza y los colores, Porodina crea imágenes poco convencionales que invitan a re-pensarnos.
A pesar de vivir en Múnich, Alemania, Elizaveta conserva el clásico estilo ruso de la delicadeza y el cuidado; así como la excentricidad.
Autotidacta
Porodina se mudó a Alemania cuando tenía 13 años y, desde entonces, combinó sus estudios con su más grande pasión: la fotografía.
En esta, encuentra la manera de conjuntar los mundos de la moda, la nostalgia, el glam rock y los cuentos de hadas.
Por lo regular, atiende siempre una estética interpretada por sus conocimientos psicológicos.
Originaria de Rusia, pero establecida en Alemania, Elizaveta Porodina es una joven fotógrafa de la melancolía y la moda.
Con estudios en Psicología y de apenas 24 años, Porodina encamina el estilo de su fotografía respecto a sus estados de ánimo. Todos ellos, sujetos a su imaginación volátil.
Por si fuera poco, durante dos años trabajó en psiquiatría. Sus fotografías tienen algo de ensueño.
Además, las muchas reflexiones, refracciones, exposiciones múltiples como las de una opresión de pesadilla, los ojos reflejados en las palmas abiertas
El subconsciente como protagonista
La fotógrafa Elizaveta Porodina toma fotos desde el subconsciente. Amante del surrealismo tanto como el impresionismo.
Gracias a estas dos influencias artísticas, la artista rusa logra retratos de mujeres tranquilos, claros y bellos.
Rostros y cuerpos femeninos llenos de colores como si un hada hubiera derramado una bolsa de pintura en polvo.
En medio de ese polvo de vibrantes colores, se encuentra la modelo que nos expresa calma, alivio y ensueño.
Lo que la artista parece sacar de su propio inconsciente es, al mismo tiempo, una expresión de una sociedad permanentemente auto-reflexiva y egoísta.
La melancolía borrosa se encuentra sobre sus fotografías.
En este photoshoot, Elizaveta Porodina fotografía a una mujer con polvos de colores, como si se tratase de velos de autoconsciencia.