Los caminos de Alexander Calder, el gran precursor de la escultura cinética, y el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) se entrelazaron desde hace más de 90 años, pero este año ocurrió algo que hace más de medio siglo no ocurría ya que el primero llevaba dicho lapso de tiempo sin contar con una exhibición individual en este famoso recinto.
Por lo tanto, lo que parecía increíble ocurrió y el tan famoso MoMA volvió a dar espacio con bombo y platillo al que sería algo así como su Picasso americano.
Resulta que la muestra Alexander Calder: Modern From the Start, la cual estará disponible hasta el 7 de agosto, es básicamente un vistazo al trabajo menos conocido, pero sencillamente fabuloso de este aclamado artista.
La exhibición, organizada por Cara Manes, curadora asociada de pintura y escultura del MoMA, fue montada con piezas de la propia colección de este museo y con una serie de obras que la Fundación Calder (afortunadamente) prestó.
Debido a que esta es la primera exhibición individual de Calder en el MoMA desde 1969, Manes buscó obras en los archivos para profundizar sobre la relación tan estrecha que existió entre el artista y el museo.
Con los préstamos que otorgó la Fundación Calder, lo que Cara Manes hizo fue básicamente completar la narrativa.
Modern From the Start incluye las primeras esculturas de animales de granja del artista, las cuales lucen como juguetes, así como sus brillantes retratos con alambre.
En esta fabulosa muestra también fueron incluidos varios móviles y un par de obras excepcionales que Alexander Calder llevó a acabo sobre papel.
El nombre de la muestra evoca la famosa conversión que Calder tuvo con el pintor Piet Mondrian en su estudio de París en 1930, a los 32 años, pues fue gracias a este y su trabajo que pudo comprender de qué se trataban el modernismo y la abstracción desde el inicio de su exitosa carrera.
El debut de Calder en el MoMA se produjo en diciembre de 1930, cuando cuatro de sus toscas esculturas de madera formaron parte de Painting and Sculpture by Living Americans, una muestra colectiva que fue inaugurada apenas un año después de que el museo abriera sus puertas.
Este año, luego de que la pandemia golpeara fuertemente a todos los museos del mundo, Alexander Calder reaparece como una de las cartas más fuertes del MoMA para volver a brillar en el ámbito cultural y que visitantes de todo el mundo recorran sus espacios.