Jugando con los conceptos de obsesión por la imagen y la tecnología, el artista cinético Jon Kessler ha alcanzado las cimas del mundo del arte, colocando sus obras en museos como el MoMA, la Colección Saatchi y el Museo Whitney, entre otros, pero lo que es más importante para él, es que los artistas puedan, a través de sus obras, abordar temas como la guerra y la innovación digital, estimulando no solo la mente de los espectadores, sino también sus cinco sentidos propios.
Con una carrera que comenzó en 1983 usando luces, motores y algunas computadoras en el trabajo, hoy el trabajo de Jon Kessler se ha transformado en una trasnmisión de ansiedad en torno a la tecnología y la vigilancia, uno que continúa jugando conscientemente el escenario de la lucha entre el espectador y el artista, que al mismo tiempo que ofrece un vistazo de la maquinaria de esa manipulación.
Nacido en 1957 en Yonkers, Nueva York, Kessler se convirtió en profesor en la Universidad de Columbia a una edad joven, lo que le ayudó a influir en programas artísticos escolares y entender el trayecto que tomaba la tecnología en el mundo joven. Después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, Jon Kessler recuerda cómo todo cambió, y su enfoque tomó una drástico cambio de dirección a un enfoque más impulsado por la política, como se ve en su The Palace a las 4 a.m., de 2005, que representa una visión surrealista del palacio de Saddam Hussein saqueado por las fuerzas estadounidenses.
Habeas Corpus, 2007. Fuente: Jon Kessler Installation.
A menudo reflexionando sobre el tema de la obsesión por la imagen y su papel en la sociedad, Kessler pretende presentar al espectador con una situación desconcertante en la que no es posible confiar completamente en lo que se está viendo, porque para Jon, eso es exactamente la situación en la que nos encontramos, donde lo real puede estar frente a uno, pero es más cómodo mirar una pantalla, una imagen, permitiendo a través de su trabajo dejar que los espectadores decidan por sí mismos dónde y qué mirar.
Evolution, 2017. Fuente: Jon Kessler Installation.
Al día de hoy, Jon Kessler continúa viviendo y trabajando en Nueva York, donde muchas de sus obras se encuentran, así como en el Centro de Arte Walker en Minneapolis y el Museo de Arte Carnegie en Pittsburgh, entre otros.
La Web de Jon Kessler
Para Jon Kessler, el arte conlleva significados políticamente comprometidos que son capaces de cuestionar profundamente a la sociedad en todos los niveles. Fuente: Jon Kessler Installation.
Uno de sus trabajos más llamativos de los últimos años es The Web, comisonado por la Investigación Métamatic en Amsterdam, que cuestiona el uso masivo de smartphones y redes sociales.
Considerándose como un crítico con el uso de gadgets, y al mismo tiempo, un explotador de su uso, Kessler creó una aplicación de teléfono que solo funcionaba para iPhones -- porque el trabajo realmente se trataba de Apple de alguna manera -- en la que tomar una foto significa usar la instalación.
Small Piece, 1985. Fuente: Jon Kessler Installation.
"Estamos en un punto de transición donde la realidad virtual se vuelve más viable y exitosa mientras que la realidad aumentada se vuelve más nuestra", reflexional Jon Kessler, "Y esto significará un cambio en la forma en que los artistas crean. Sigo pensando que se harán pinturas y sigo pensando que se harán esculturas tradicionales, pero creo que este fenómeno ampliará el alcance de los artistas en términos de cómo conectarse con el espectador" (...) "El arte no es política. El arte no es ecologismo. El arte es arte. Pero el arte está lleno de ideas, y las ideas pueden ser desafiantes y pueden cambiar la comprensión de la gente sobre la cultura y el mundo".
"Me gusta la idea de que estoy trabajando con este tema tan desafiante y difícil como la vigilancia y el uso de la vigilancia para hablar de vigilancia," dice el mismo Kessler. "Exploto y critico al mismo tiempo."
Seven, Mika Rottenberg con Jon Kessler, 2016. Fuente: Jon Kessler Installation.
