Jugar con la música, inventar nuevos colores con los ritmos, y hacer comedia con una orquesta, fueron los principales componentes que conformaron la carrera del legendario compositor, pianista y director de orquesta Juan García Esquivel, nacido el 20 de enero de 1918 en Tampico, Tamaulipas.
Pionero de la música electrónica y propietario de una sonrisa cautivadora, García Esquivel creó el género space age pop, ahora conocido como lounge, al combinar distintos estilos y géneros musicales, como el jazz, el swing, el mambo y el chachachá.
De formación autodidacta, el músico se caracterizó por incorporar a sus intensas composiciones un sentido de futurismo y elementos poco usuales a la música de orquesta, en la que incursionó a la edad de 14 años, cuando formó su propio ensamble de 22 músicos.
En 1934, a los dieciséis años de edad, grabó su primer disco junto a la actriz Beatriz Ramos, y su carrera comenzó en la estación radiofónica XEW al musicalizar el programa cómico Panzón Panseco, protagonizado por el ingeniero mecánico, actor de radio, cine y televisión, Arturo Manrique.
La historia cuenta que la orquesta llegaba a las ocho de la mañana, el escritor le entregaba el guion del día a Esquivel y él se sentaba a componer la pieza; doce horas más tarde, el músico tenía lista la composición y los arreglos para dirigir la orquesta en vivo: “La creatividad, el talento precoz, virtuosismo al piano, frescura, estilo desparpajado y maravillosa capacidad de improvisación de Esquivel llamaron pronto la atención de propios y extraños”, describe el periodista Ricardo Lugo Viñas.
Graduado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional, el pianista desarrolló una capacidad de experimentación única en sus composiciones, gracias a sus conocimientos en electrónica.
Conocido como el Duke Ellington mexicano, desarrolló su propio color y estilo musical a lo largo de la década de 1930, y a finales de ésta creó una agrupación orquestal fuera de serie, en la que las dotaciones instrumentales eran insólitas, al igual que los sonidos y las texturas.
“Ponderaba las percusiones y hacía las orquestaciones más extravagantes y juguetonas: guitarras hawaianas, güiros que dialogan y retan a las trompetas, sintetizadores e instrumentos prehispánicos”, narra Viñas.
Hacia 1956, después de haber grabado su célebre disco Other worlds, other sunds, actuó y creó la banda sonora de la película La locura del rock’roll de Fernando Méndez, y compuso piezas para las artistas más populares de la época: Silvia Pinal, Pedro Vargas, Toña la Negra, María Luisa Landín, María Victoria, entre otras.
Con influencias del jazz y el bossa nova, Juan García Esquivel musicalizó películas y series de televisión en Universal Studios, como La mujer biónica, El hombre nuclear, Kojak, Harry y los Hendersons, Guardianes de la Bahía, Miami Vice, Los Ángeles de Charlie, Los Picapiedra y producciones de Alfred Hitchcock.
Nominado seis veces a los Premios Grammy, el compositor ofreció un show desde el Hotel Stardust de Las Vegas durante 14 años; sin embargo, el declive de esta ciudad por vínculos con el crimen organizado desestabilizó la prominente carrera de García Esquivel, y regresó a México en 1979.
De vuelta a su país natal, invitado por el productor Enrique Segoviano, musicalizó la serie radiofónica y de televisión Odisea Burbujas, y reanudó su actividad como arreglista y compositor, aunque con un ímpetu menor al de los años anteriores.
A principios de la década de los 90, el compositor sufrió un accidente que lo mantuvo en cama los últimos diez años de su vida, hasta el día de su muerte, el 3 de enero de 2002.
De su discografía producida en RCA Victor, destaca Las tandas de Juan García Esquivel (1956), To love again (1957), Exploring New Sounds in Hi-Fi (1959), Latin-Esque (1962), The genius of Esquivel (1966), 1968 Esquivel! (1968), y Burbujas: Vamos al Circo (1981), grabado en Discos América.
Inspirador de personajes como Frank Sinatra, Walt Disney, Henry Mancini, y Quentin Tarantino, Esquivel permanece en las venas de la música a través de todas las vertientes de la cultura popular. A 21 años de su partida, su portento creativo sigue vigente.