El virtuosismo del pianista estadounidense, Abbey Simon, destaca por la velocidad, la potencia, la ligereza, la precisión y el intrincado juego de voces y colores llamativos con los que interpretaba, de acuerdo al crítico Richard Dyer.
Denominado por Harold C. Shonberg como un “supervirtuoso” del piano, Abbey Henry Simon nació en Nueva York el 8 de enero de 1920, y paulatinamente se posicionó en la cima de la industria musical norteamericana.
Incursionó en la música a la edad de cinco años cuando tomó lecciones con David Saperton y continuó su formación como becario del Instituto de Música Curtis bajo la tutela del emblemático músico Józef Hofmann, junto a los talentosos Leopold Godowsy y Harold Bauer.
Tras graduarse, debutó en el Town Hall y el Carneige Hall en Nueva York, posteriormente ganó el Concurso Internacional de Piano de Naumburg en 1940.
A lo largo de su carrera, realizó giras por Europa, Oriente Medio y el Pacífico. Asimismo, colaboró con la Filarmónica de Nueva York, la Boston Symphony, la Chicago Symphony, y las orquestas Royal Concertgebouw, London Symphony y Trenton Symphony.
Aunado a actuar, enseñar y grabar como artista, Abbey Simon fue jurado del Concurso Internacional de Piano Van Cliburn, el Concurso Internacional de Música de Ginebra, el Concurso Internacional de Piano de Leeds, el Concurso Internacional de Piano Clara Haskil, entre otros.
Habitante de Ginebra, Suiza y Houston, Abbey Simon falleció el 18 de diciembre de 2019, a los 99 años.