Chris Burden fue un artista performance que se caracterizó por realizar obras controvertidas enfocadas en el peligro autoinflingido, donde utilizó armas o su propio cuerpo para manifestar su desacuerdo con la política o la ciencia.
El arte performance es una puesta en escena que no necesita un teatro tradicional. El artista toma una idea y la ejecuta con ayuda de su cuerpo y, de ser posible, de otras artes como la danza, la música, la poesía o la actuación. El performance no puede comprarse. Busca la atención del público basados en la improvisación y sorpresa. Este sus representantes más conocidos están Joseph Beuys, Laurie Anderson, Allan Kaprow y Marina Abramovic, entre otros.
Chris Burden nació en Bostón en 1946. Estudió en la Universidad de Pomona, California, física, arquitectura y artes visuales.
Su inclinación artística performance se manifestó desde que era estudiante. Como propuesta de su tesis de licenciatura se encerró en un locker (armario) por cinco días lo cual, por supuesto, preocupó al profesorado de la universidad.
En 1974 llevó a cabo “Trans-Fixed” donde se crucificó literalmente a un coche Volkswagen, de los llamados “escarabajo”. El artista se colocó en la parte de atrás del auto, se apoyó sobre la defensa, subió los brazos y pidió que las manos le fueran clavadas en el metal. Así, pegado al coche, salió por unos minutos. El autor conservó los clavos para exponerlos en ocasiones posteriores.
En “Disappearing” desapareció por tres días sin avisar a nadie. El performance trató de reflexionar sobre la presencia cotidiana de las personas que pasa desaperciba hasta que ya no está físicamente.
En “Shoot” pidió a un asistente que le disparase sobre un brazo a una distancia de cinco metros.
En “Deadman” se acostó en plena calle. El acto era saber qué harían los peatones ante la presencia de supuesto cadáver en su camino. Solo uno llamó a la policía media hora después.
A mediados de la década de los 70 dejó de hacer performance de este tipo, seguramente por problemas con la policía o con las autoridades universitarias donde daba clases, y comenzó a realizar instalaciones.
En 1988 instaló en el Museo de Arte de Newport la escultura “Sansón” la cual consistió en dos vigas de madera colocadas contra los muros de carga, que daban la impresión de ser los brazos del personaje bíblico.
Mediante un mecanismo hidráulico, la pieza se conectó a un torniquete de control de entrada, de modo que cada vez que un visitante accedía a la exposición las vigas hicieran presión en las paredes. Cuando se alcanzase el medio millón de visitas, el edificio se vendría abajo. A una semana de la clausura, los bomberos desmantelaron la obra porque obstruía una salida de emergencia.