Pino Pascali estudió en la Academia de Bellas Artes de Roma.
Al término de sus estudios comenzó a trabajar como escenógrafo con bocetos, dibujos y cortometrajes para “Carosello”, un programa de televisión italiana que se transmitió por 40 años.
El programa se basaba en sketches con actores o dibujos animados para promocionar un producto.
Realizó su primera exposición individual en 1965 en la prestigiosa galería “La Tartaruga”, en Roma.
En solo tres años, de 1965 a 1968, había atraído la atención de importantes, y temidos, críticos de arte de su país como Bucarelli, Rubiu, Vivaldi, Calvesi, Grandi, De Marchis y Boatto. Por supuesto, también llamó la atención de galeristas.
En el verano de 1968 fue invitado a mostrar sus obras en la 34ª Bienal de Venecia, donde le proporcionaron su propia sala personal.
Pascali se inspiró en el neodadaísmo (artes sonoras, visuales y literarias), en el pop norteamericano y en el estilo del escultor sueco Claes Oldenburg.
Se caracterizó por obras gigantes de objetos cotidianos, por su teatralidad y su cercanía al happening artístico.
Su experiencia en la televisión y el teatro la plasmó en sus obras, como la serie de imágenes con cañones que él mismo fabricó con ferretería y piezas cotidianas.
Como en el arte povera, Pino Pascali utilizó materiales no convencionales para crear arte como paja, madera, cemento, plástico, acero, fibra de vidrio, entre otros.
Obras como “Riconstruzione del dinosauro”, “Vedova blu” (viuda azul) y “gusanos”, provocaron inquietud y comicidad a la vez.
En 1968, un camión atropelló al artista cuando viajaba en su motocicleta. De acuerdo a testigos, lo abandonaron moribundo afuera de un hospital donde no lo atendieron con prontitud, porque lo confundieron con un pordiosero por sus ropas de trabajo. Pino Pascali murió el 11 de septiembre de ese año.
Desde 1998 existe la Fundación Pino Pascali que guarda las obras del artista y promociona arte visual y vanguardista.