La diseñadora francesa Nathalie Du Pasquier colocó al interior del edificio Angelo Mangioratti, en Milán, una gran instalación compuesta por siete piezas escultóricas.
Estas siete estructuras de diferentes formas y tamaños dan lugar a un paisaje inesperado entre escultura, arquitectura, peones gigantes y pequeñas torres.
Esta exposición cuyo nombre fue BRIC surgió de la idea de usar el ladrillo como elemento compositivo como arquetípico: mínimo, económico, repetido, rítmico, adaptable a las más amplia gama de formas.
El ladrillo es un símbolo de conexión, y también una obra de arquitectura perfecta en su individualidad.
Du Pasquier tiene una fascinación por los ladrillos mismos que ha identificado en diferentes tipos y los ha modificado, recubriéndolos con colores brillantes y superponiéndolos en grandes esculturas formales colocadas dentro del espacio expositivo.
La artista francesa activa delicadas perspectivas y contrastes arquitectónicos entre sólido y vacío, resaltados a su vez por los colores brillantes del esmalte.
Volcados, los ladrillos pierden su virtud estructural y se convierten en módulos decorativos de un patrón que refleja el mecanismo visual de las baldosas cerámicas producidas por Mutina.
La exposición BRIC de Nathalie Du Pasquier es un proyecto site-specific producido íntegramente por Mutina, fruto de un extraordinario diálogo entre la artista y la compañía.
Esmeralda Chair, for Pier-Luigi Ghiandi, 1985
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