Antoine Watteau (1684-1721) fue un pintor francés y uno de los más grandes genios del último barroco francés y del primer rococó.
A Watteau se le atribuye la creación del género de las fétes galantes: escenas de cortejo amoroso, con un encanto idílico y bucólico y un toque de teatralidad.
Algunos de los temas más conocidos del francés se inspiraron en el mundo de la comedia italiana y del ballet.
Comenzó su aprendizaje a los once años de la mano del pintor y decorador Jacques-Albert Guérin.
Al morir su mentor (1706), Watteau se trasladó a París, ciudad en la que se unió a pintores flamencos del barrio de Saint-Germain-des-Prés.
Su ingreso al taller de Claude Gillot le abrió las puertas a eventos de la farándula y el teatro que posteriormente serían su fuente de inspiración, así como la elegancia y lujo de la sociedad que frecuentaba esos lugares.
En 1706 regresa a Valenciennes, su ciudad natal, en donde realizó escenas de posadas y soldados, inspiradas en el barroco holandés y flamenco, especialmente de Teniers.
Dos años después retorna a París y a la representación de personajes del mundo teatral.
Watteau es el representante más antiguo y exquisito del estilo rococó; sus escenas galantes y costumbristas lo definieron.
Las obras de Giorgione, Rubens y Tiziano marcaron profundamente su producción.
Sus cuadros están ambientados en jardines aristocráticos, llenos de elegantes personajes que muestran el ambiente social del rococó.
Antoine Watteau se deleitaba en mostrar la calidad de las telas satinadas de los personajes que protagonizaban sus obras, así como los paisajes umbrosos con técnica que recuerda a la pintura flamenca.
Murió prematuramente a causa de la tuberculosis, cuando sus temas galantes empezaban a alcanzar fama y éxito.