Usado por motivos estéticos o por creencias religiosas o culturales, el tocado es una prenda cuya historia data siglos atrás.
Abarca diversas variantes que incluyen sombreros, cofias, cascos, bonete, pañuelos, pañoletas, cintas, encajes, entre otros.
En el antiguo Egipto comenzaron a usarse los tocados, sus usos eran variados, pero principalmente funcionaban para distinguir sexos y clases sociales.
Grecia y Roma comenzó a utilizarlos en forma de diademas, cintas y velos que decoraban los peinados de esa época.
Durante la Edad Media, surgió una rica y caprichosa variedad de modelos. En esta época se cubría la cabeza por razones morales y los tocados variaban según la clase social.
En el Renacimiento surgió la cofia francesa y durante el Barroco, con el uso de pelucas, impusieron moda estructuras enormes de pelo enrollado con joyas, encajes y plumas.
Durante la Ilustración española, el tocado destacó y se extendió su uso acompañado de largas trenzas y sombreros de ala ancha decorados con plumas.
En los años 20 las plumas y las lentejuelas impusieron moda, para los años 30, los sombreros de paja de Chanel tomaron fuerza.
Durante los años 40 y 50 los sombreros eran el accesorio favorito de las mujeres, en los 60 cambiaron a diademas y pañuelos, pero siempre acentuando el arreglo en la cabeza.
Sombreros de ala ancha y flores en el cabello se impusieron en los 70. Para los 80 y 90 dejan de imponerse estándares y una diversidad de accesorios en el cabello aparecen.
En la actualidad, dependiendo de la época del año y la tendencia en la moda, los tocados siguen formando parte de los accesorios más usados, sobre todo en pasarelas y celebraciones importantes como bodas reales.