La próxima vez que visites a tus papás o abuelos, y ellos tengan alfombras persas de hace muchos años, pregúntales cuál es la historia, dónde los adquirieron o cuánto les costaron, seguramente te vas a llevar una gran sorpresa.
Las alfombras persas tienen una larga historia que viene desde la antigua Babilonia. Se fabricaban con hilos de seda, oro y plata para resaltar los diseños y colores.
Faig Ahmed es un artista internacionalmente reconocido. Él es originario de Azerbaiyán y ha representado a su país en la Bienal de Venecia en 2007 con sus alfombras.
Las alfombras de Ahmed conservan esos primeros diseños exactos y perfectos, pero con una variante que es su sello caracteristico: un pixel, quemadura, rasgadura, mancha, un cambio de color inesperado, o pareciera que al hilador se le acabó el material.
El autor diseña sus piezas por computadora para lograr ilusiones ópticas o efectos bidimensionales.
¿Cómo se le ocurrió a Ahmed “deformar” los tapetes? Cuando tenía siete años, él y sus padres visitaron a sus abuelos en la ciudad de Baku. Lo dejaron jugar en una habitación que tenía una de estas alfombras típicas.
Con los dedos exploró la pieza y encontró que el hilado tenía un patrón pero no encontraba el principio ni el fin. Buscó un par de tijeras y buscó la secuencia desde un extremo hasta que la encontró.
Jugó con las piezas y las acomodó de varias formas hasta que sus familiares se dieron cuenta. El ahora artista recuerda que desde entonces ya no hubo tapetes en su casa o cuando visitaba a sus parientes.
A los tejedores de alfombras se les consideraba artistas, los personajes de la aristocracia y de la política reconocían sus trabajos e inclusive se les mencionaba en poesías.
Los primeros azerbaiyanos fabricaron las alfombras como un elemento doméstico, y fueron desarrollaron su técnica de hilado hasta nuestros días.