De tradición y cultura: El arte de los tapetes turcos
La producción de los tapetes turcos inició con el antiguo imperio otomano, uno de los centros más antiguos de la civilización humana que se remonta al siglo V.
Su hechura fue desde un comienzo completamente artesanal.
Para ello se empleaba el telar ya fuera horizontal o vertical, mientras que los acabados y nudos se hacían de forma manual.
La tradición de las alfombras se nutrió de la mezcla étnica, religiosa y cultural del lugar.
Desde las fibras naturales (en ocasiones hechas a mano), la preparación de los hilos para hacerlas susceptibles al teñido, así como las tinturas derivadas de plantas, insectos o minerales conformaban una labor ardua.
Dicho arte se cultivó de generación en generación, a través de los siglos.
El paso del tiempo en las alfombras
La tradición comenzó a perderse en el siglo XIX con la llegada de los tintes sintéticos y diseños estandarizados.
Con ello, se buscó una una producción masiva en un intento por hacer las alfombras más baratas.
Sin embargo, la práctica y profundas raíces, así como el impulso de quienes tejen estos tapetes pudieron más y hasta el momento siguen vigentes.
Su venta local y exportación es una constante que trae belleza y comodidad a la humanidad.
Motivos
Algo muy interesante es que distintas regiones recurrieron a todo tipo de formas.
Las culturas paganas experimentaron con formas, colores y motivos.
Pero con la llegada del islam esto cambió ya que las figuras de animales y humanas no están permitidas.
Por lo que cobraron relevancia las figuras geométricas, el mundo vegetal y floral, elementos que identifican este arte.
Características y actualidad
Esta excepcional artesanía permeó en todos los estratos sociales y tomó un lugar preponderante para la cultura turca.
Entre los materiales que se emplean se encuentran la lana, el algodón y la seda.
Existen dos tipos de alfombras, las anudadas y tejidas.
El famoso nudo turco es conocido porque enlaza dos cadenas verticales.
Los colores utilizados son principalmente los primarios.
Las mujeres fueron y son las principales productoras de tapetes, los turcos valoran mucho la cualidad que tienen para tejer.
Las alfombras son costosas por el trabajo que implican, incluso en ocasiones son utilizadas como dotes.
Hoy en día los turistas pueden beber te negro o de manzana mientras disfrutan de conocer el proceso que hay detrás.
Mundialmente los tintes, técnicas, colores y texturas son reconocidos.
Finalmente, esta parte esencial de la cultura turca además de ser un ornamento, posee una belleza y calidez inigualable.