Encuentra la similitud en formas que embonan a la perfección (o las hace embonar a la perfección), aunque conceptual o existencialmente no tengan nada qué ver. Mejor aún, preferentemente busca empatar con sus collages formas yuxtapuestas en esencia, para mostrar que no son tan diferentes. El artista visual Emir Shiro es un gran ejemplo de que la forma es fondo.
Shiro no percibe la belleza como algo frágil o inocente, se ubica en algún lugar entre lo lúdico y lo epistemológicamente profundo. Y es provocativo, atrevido e inteligente.
Algunas de las publicaciones de este artista francés han sido denunciadas por los usuarios de Instagram un par de veces, y en lugar de retroceder, afirma que la censura es el carbón que alimenta y enciende su fuego. O como él dice, la censura se ha convertido en un patio de recreo para su arte.
Logra unir el encuadre de una posición sexual (cuidando que no raye en la pornografía) con una pose de yoga involuntario de un gato estirándose. De la suma de ambas escenas, consigue una tercera y refrescante imagen de algo que no está ahí, pero que está. El trabajo final (su favorito entre toda su obra) se llama Féline. Una irremediable terquedad de mostrar que la forma es más de lo que envuelve.
Es diseñador, director creativo y artista. Trabaja como freelance para diferentes marcas del mundo de la moda. Comenzó a crear su primera obra gráfica al final de sus estudios en la escuela de arte y comenzó a publicarlas en Instagram alrededor de 2014.
En sus propias palabras, su arte es provocativo y políticamente incorrecto, sin perder estética.
“Ahora más que nunca, la inspiración se captura de todas partes. Soy muy sensible a la música, al cine, a la moda, al cuerpo e incluso a la emoción de la calle. La inspiración está en todas partes; Incluso encuentro inspiración después de una discusión. Nada es trivial o insignificante”, señaló en una entrevista para el digital Metal.
En sus collages se sirve de referencias clásicas como la Mona Lisa, Eros y Psique, El David o la Virgen María.
“Tengo muchas referencias, desde David Hockney hasta David LaChapelle, George Condo y muchos, muchos más”, agrega.
Sobre la censura de sus imágenes en Instagram, que una vez cerró su cuenta debido al contenido explícito que publicó, se muestra complacido.
“He llegado a creer que la censura en algunas redes sociales específicas se ha convertido en un patio de recreo para mi arte. He aprendido a jugar con ciertos límites y estos son ahora un motor para mi creatividad”, indica.
“Me gustaría creer que, hoy en día, he aprendido a dominar la censura, ya que mi trabajo todavía existe hoy en día en todo Internet”.
Como meta en su vida profesional, pretende que su arte tenga una vida lo suficientemente larga como para multiplicar las colaboraciones con las personas que admira… y comenzar a diseñar ropa. Con su historial visual, sería un envoltorio (más que ropa) que podría representar un capullo que desarrollaría a la persona que la vista en una nueva figura.