En la ciudad de San Petersburgo, donde la lluvia y la grisura del clima parecen dominar el paisaje, la talentosa fotógrafa Polina Washington ha logrado desafiar la monotonía y dar vida a un mundo lleno de color y emoción a través de su lente.
Con una narrativa cinematográfica única, Polina ha capturado la esencia de la belleza en su obra, y su evolución creativa a lo largo de los últimos 15 años ha dejado una marca imborrable en el mundo de la fotografía.
Originaria de la ciudad rusa, Polina Washington ha experimentado un viaje artístico que la ha llevado desde la fotografía en blanco y negro en las calles hasta la exposición múltiple en película, autorretratos y la naturaleza misma.
Como ella misma afirma, "La fotografía siempre está conectada con quién eres en el momento, porque creo que nunca eres la misma persona que ayer." Esta filosofía de evolución constante se refleja claramente en su amplio repertorio, donde la creatividad fluye libremente.
Uno de los aspectos más llamativos de su obra es la forma en que utiliza la luz y el color como herramientas fundamentales para presentar el mundo tal como ella lo ve: un lugar más brillante y onírico.
Polina ha superado desafíos personales y artísticos, logrando incorporar la luz y el color en su obra de una manera que antes consideraba imposible. Su visión única y su determinación han permitido a Polina pintar el mundo con una perspectiva fresca y única.
Sin embargo, la historia de Polina Washington no se limita a San Petersburgo. La fotógrafa y su equipo se aventuraron en busca de climas más cálidos y paisajes deslumbrantes en la pintoresca ciudad costera de Kaş, en Turquía. Con un enfoque poco convencional, Polina no planeó meticulosamente sus sesiones, sino que prefirió abordarlas sin expectativas preconcebidas, dejando que la espontaneidad del momento dictara el rumbo de su trabajo.
Este enfoque despreocupado y fluido permitió que tanto ella como su equipo se convirtieran en los protagonistas de la historia explorativa que Polina había imaginado. "Éramos la historia que queríamos representar; era nuestra historia de estar en la carretera, de construir relaciones entre nosotros mientras veíamos lugares hermosos", explica Polina.
Además de explorar nuevos paisajes, Polina se aventuró en el mundo del software de edición, utilizando Capture One 22 para mejorar su narrativa visual. La fotógrafa, que normalmente no se aventuraba en la fotografía panorámica, encontró en la función de unión de panorámicas una nueva forma de expresar su visión creativa.
El trabajo de Polina Washington demuestra que la creatividad no conoce límites y que el mundo puede ser visto a través de innumerables perspectivas.
Su capacidad para evolucionar y su enfoque único para contar historias a través de la lente la sitúan como una destacada figura en el mundo de la fotografía contemporánea. Polina Washington continúa pintando el mundo con su propia paleta de colores, inspirando a otros a explorar y expresar su propia visión creativa en un mundo diverso y en constante cambio.