Por: Luis Felipe Ferra
PICHIAVO es la dupla artística originaria de Valencia, España, conformada por PICHI, sobrenombre para Juan Antonio Sánchez, y AVO, también Álvaro Hernández, quienes coincidieron en las calles de la terreta en el primer lustro del 2000, mientras que con latas de pintura grafiteaban la ciudad.
El dueto valenciano que en poco tiempo y con estupendos resultados ha recorrido varios países de Europa, Medio Oriente, Oceanía y Norte y Sudamérica, trabaja sobre pequeñas y grandes dimensiones, y lo mismo realiza pintura que escultura.
Indistintamente de los formatos y modalidades, el valor de su impetuosa propuesta reside en haber logrado una mixtura entre lo culto y lo popular, entre el pasado y la contemporaneidad, y entre el statu quo y el radicalismo.
Mientras que el siglo XX dispuso categorías concluyentes para el arte clásico y para el grafiti —el primero guarecido en los museos y el segundo, rendido a la intemperie metropolitana—, el entendimiento jánico (del dios romano Jano) con el que conceptualmente labora PICHIAVO, le ha permitido superar las aparentes contradicciones: coniunctio oppositorum es el término antiguo para la unión de los opuestos.
El grafiti, asociado a los mensajes anarquistas y las pintas obscenas en los baños, las callejas y las paradas del transporte público se intelectualiza; en tanto que el panteón grecorromano, repositorio de los Rubens, Alma-Tademas, Checas, Regnaults, Tiepolos y Velázquez, se desacraliza.
El pensamiento no-dualista, aquello que el estudioso Arthur Koestler denomina “bisociación”, es capaz de concebir un concepto y su contrario al unísono sin conflicto de por medio; con lo cual, la obra de PICHIAVO se yergue como una alucinante apología del sincretismo entre el canon clásico y la pintura callejera en aerosol.
PICHIAVO. Foto: Irene Ferrando
Urban Myhology
En entrevista con FAHRENHEIT° Magazine, esto es lo que nos comparte PICHIAVO:
FM: La propuesta artística de PICHIAVO se explica por sí misma. Pero no sucede igual con la fase de iluminación creativa, con el llamado “¡Eureka!”, aquel preciso instante en el que decidieron hacer uno del mundo clásico y el entorno urbano. ¿Cómo sucedió?
PICHIAVO: En nuestros inicios, que fueron por el año 2004-05, comenzamos con la búsqueda del estilo que nos definiría como artistas. Experimentamos desde el realismo hasta el cómic, probando varias direcciones pictóricas. Ya desde el principio teníamos esa inclinación por lo clásico, usábamos muchas veces estos motivos en nuestros murales. Toda esa búsqueda de la identidad como artistas se reflejaba en las obras que pintábamos en la calle.
De una manera más natural, comenzamos a trabajar el formato de estudio y en esa búsqueda, probamos mezclar ambas pasiones, que eran la estética del grafiti y la escultura clásica. Ese diálogo nos pareció una forma de expresión que decía muchos de nosotros mismos. La primera vez que pintamos con este estilo en gran formato fue en Almería, en España, en un festival-concurso. Aunque no fue hasta el 2014 en Bélgica, en el festival North West Walls en Werchter, donde hubo más repercusión a nivel internacional. Un tiempo después alguien acuñaría nuestro estilo como Urban Mythology, pero no somos muy fans de las etiquetas.
FM: PICHIAVO ha tenido la oportunidad de moverse en dos registros antipáticos entre sí: las manifestaciones de arte callejero —a veces la marginalidad e ilegalidad—, que es del rubro de lo considerado popular (lowbrow). Y a la par de colaborar con firmas top de la industria de la moda o marcas de automóviles, que se ubican en el cuadrante de lo selectivo (highbrow). Discursivamente, ¿no resulta conflictivo?
PICHIAVO: Es interesante como nuestro arte junta dos mundos aparentemente antagónicos y somos muy conscientes de ello. Siempre decimos que nuestras obras gustan a distintas generaciones, las jóvenes del grafiti y streetwear, y a alguien más adulto que cultiva su gusto al arte a través de la cultura clásica y la historia. Precisamente es esa mezcla la que hace nuestro trabajo tan atractivo. Nuestras obras de hecho están en portada de libros escolares de cultura clásica y hemos recibido un premio de la Universidad de Valencia por difundir a los clásicos entre los más jóvenes. Creemos que no resulta para nada conflictivo, sobre todo ahora en donde la generación que ya entra en la cuarentena se crió con el grafiti y otros elementos de la cultura urbana. Es una nueva forma de visualización escultórica que se enmarca perfectamente con el tiempo en el que vivimos, una era donde lo visual está muy presente y tiene tanta importancia.
Foto: Irene Ferrando
Impulso clásico
FM: En el saber popular persiste la idea de que la estatuaria antigua era nívea y marmórea… Son acaso los especialistas y helenofílicos, quienes están al tanto de que el arte grecolatino tenía pigmento. En el corpus artístico de PICHIAVO, la paleta de color es consistentemente vistosa y variopinta. ¿Qué discurso se esconde detrás de tanto colorido?
PICHIAVO: Nuestra obra crea un paralelismo con la policromía perdida de las esculturas clásicas, se podría considerar una policromía contemporánea. El grafiti es color, es el contrapunto al mármol blanco. De una manera más teórica podríamos entrar en la cuestión de que el blanco es luz y no existe como color. Todo blanco tiene colores, sólo hay que saber verlos.
FM: En más de un sentido, los griegos y romanos continúan fascinando al hombre de hoy. Sus decisivas aportaciones en lo político, teatral, filosófico, astronómico, retórico, arquitectónico, histórico y medicinal, esclarecen los motivos. ¿Qué, de todo el universo grecolatino les atrae más y a razón de qué?
PICHIAVO: Somos unos apasionados del mundo clásico, de todo cuanto nos ha aportado. Nuestra ciudad, Valencia, fue fundada por los romanos, como muchas otras ciudades españolas. Nuestra cultura e idioma vienen de los romanos, de esa manera consideramos que nuestra identidad tiene una relación directa con el mundo clásico. Quizás lo que más nos atrae es la dimensión artística, como es evidente: la belleza, las proporciones, el naturalismo, la arquitectura, la escultura, los colores… Y por supuesto, la mitología. La manera que tenían de narrar historias, que educasen, que inspirasen a las personas, y las diferentes deidades, cada una con su personalidad y universo propio. Nos fascina eso.
FM: En el proyecto del West Link, un túnel que conectará varias estaciones de la ciudad sueca de Gotemburgo, pintaron Zeus-Poseidón, obra de gran formato basada en la escultura de bronce que resguarda el Museo Arqueológico de Atenas. ¿Cuáles son las implicaciones de desplazar y recontextualizar el arte clásico en las calles?
PICHIAVO: Esa obra, efectivamente, se centra mucho en la escultura de Zeus/Poseidón. Vimos el formato de la pared y pensamos que el momento de pintar esa escultura había llegado. La ubicación de cada proyecto también es importante; en este caso al estar el mural junto a un canal, la imagen del Zeus/Poseidón cobra más fuerza y enfatiza el mensaje de la propia escultura. La visibilidad aquí era muy importante. Era una manera de conectarlo con el espacio y con la ciudad. En Gotemburgo hay una escultura de Poseidón, y significaba hacer nuestra propia versión de algo icónico para la ciudad, y justamente AVO había estado recientemente en Grecia sacando fotos de esa escultura.
No pretendemos tanto desplazar o recontextualizar la escultura, como darle una nueva dimensión con nuestros colores y grafiti, y amplificar la imagen de este icono clásico a través de nuestro lenguaje contemporáneo. Estamos seguros de que muchos jóvenes no conocían la escultura y quizás al ver el mural en redes o prensa, se habrá abierto una nueva puerta al arte de la antigua Grecia.
Foto: Irene Ferrando
FM: ¿Qué dirían Lisipo y Mirón de PICHIAVO al enfrentarse a la reutilización de las imágenes clásicas en el street art? Hablando de cánones, ¿existen normas que PICHIAVO no puede propasar o romper?
PICHIAVO: ¡Pues esperaríamos que les gustase lo que hacemos! Nosotros seguimos esos cánones. Al fin y al cabo, tenemos formación académica en artes e intentamos que nuestras obras estén bien producidas. Nos seguimos guiando por las proporciones académicas. En el aparente caos hay también un orden clásico, aunque también es cierto que siempre podrían darse distintas opciones, quizás vería que hay otros caminos y no sólo el de la línea recta para llegar a un sitio. Quizás es ahí donde podemos hablar de romper normas y experimentar para obtener resultados aparentemente académicos.
FM: Entre fuentes primarias —La Odisea de Homero o Las Metamorfosis de Ovidio—, y secundarias —Paidea de Werner Jaeger o Los mitos griegos de Robert Graves—, median toneladas y toneladas de textos sobre ese mundo denominado clásico. ¿Hay algún texto (o textos) al que acudan con mayor frecuencia para abordar su obra? De ser así, ¿por qué motivo?
PICHIAVO: Sí, se puede decir que hay textos que han tenido más importancia en nuestra obra. Además de los fundamentales, La Ilíada y La Odisea, en 2019 hicimos un gran proyecto basado en La paz de Aristófanes. La gran escultura (falla) que hicimos para Las Fallas de Valencia era una alegoría de la paz basada en el personaje principal de esta comedia, todo giraba en torno a esta obra clásica. Recientemente, también hicimos una obra basada en el concepto de la educación de Eros, sobre la cual hay mucho material literario. Es fundamental acudir a los textos para inspirar nuestra obra, son una fuente inagotable de personajes, referencias y elementos de los que podemos beber.
Foto: Irene Ferrando
Opvs Graffitum
FM: Al mezclar las bellas artes y el arte urbano, no sólo convergen estilos, sino también diversas audiencias. ¿Qué sabe PICHIAVO de ellas? ¿Y cómo se retroalimenta el dueto de lo que se dice y hace en la calle?
PICHIAVO: Después de varios años, conocemos las preferencias de nuestro público. Les gusta el movimiento, los colores intensos, la épica en nuestros personajes, el dramatismo, pero intentamos no estar a merced de esto, no queremos sentirnos limitados por lo que pueda funcionar mejor o peor. De hecho, muchas veces nos motiva continuar explorando por caminos contrarios: figuras femeninas mucho más estéticas, planos diferentes como retratos, estatismo, detalles, etc. Creemos que tenemos que seguir explorando nuestro estilo y el binomio grafiti + arte clásico desde muchas otras perspectivas, técnicas y estilos, independientemente de lo que nuestro público quiera.
Con el paso del tiempo también cambiamos nuestra metodología de trabajo en el proceso de una obra de exterior. Al momento de pintar y tras analizar la reacción del público que interactúa con nuestra obra, decidimos que ese proceso fuese diferente para generar un diálogo y un impacto en ellos. Antes pintábamos la figura clásica y sobre ella, las letras de grafiti, creando ya una amabilidad visual desde el inicio. Ahora, por el contrario, trabajamos primero el grafiti y poco a poco hacemos que la figura clásica emerja. Esto provoca un impacto visual, ya que el espectador apenas ve letras de grafiti durante los primeros días del mural, lo cual genera controversia, un debate sobre lo estéticamente aceptado. En definitiva, lo interesante como artistas es la búsqueda y la experimentación, esa motivación es la que nos hace crecer como creadores.
FM: La pareja PICHIAVO se ha manifestado abierta y públicamente como deudor de los mitos griegos. En los tiempos que corren repletos de corrientes inquietas por conocer la “verdad”, enamorados de la ciencia e infestados de fact checking, ¿de qué sirve recuperar narrativas pasadas de hechos que nunca ocurrieron o que simplemente son del orden ficticio?
PICHIAVO: Es cierto que el momento actual que vivimos es poco agradecido con los mitos, la superstición o las religiones. Somos conscientes de que algunos mitos en la actualidad son difíciles de interpretar, pero naturalmente nos quedamos sólo con lo positivo de ellos: la moraleja, el mensaje, la belleza del relato, la carga cultural que hay en ellos. No hay que tomarse los mitos al pie de la letra, hay que interpretarlos y tener en cuenta el contexto histórico en el que se originaron. Nos han censurado en más de una ocasión porque el boceto se basaba en alguno de los raptos clásicos (Proserpina, Sabinas, etc.) y no nos gustó nada la prohibición. Al igual que en algunos países nos dicen que no quieren desnudos integrales que incluyan genitales. Tapar las esculturas de los museos sería una aberración, consideramos que esa limitación es igual de grave.
FM: El artista en solitario se aviene a su propio método de trabajo, a veces distendido, otras ocasiones, de rigor extremo. Al tratarse de una dupla creativa que inició allá en 2007, me atrevo a vislumbrar continuos conflictos de gestión y organización. ¿Cómo se ha transformado su workflow? ¿Tienen definido quién hace qué en el proceso de creación o es de carácter aleatorio-improvisatorio?
PICHIAVO: La verdad es que siempre hemos trabajado cómodos juntos, de no ser así no nos hubiésemos embarcado en esta aventura. Siempre decimos que dos cabezas trabajan mejor que una, y seguimos pensando lo mismo. Actualmente, contamos con un equipo mayor, una persona se encarga del management y la gestión de proyectos, y también tenemos asistentes para producir las obras con nosotros, por lo que contamos con otras opiniones además de las nuestras. Entre los dos, PICHI y AVO, no nos dividimos las tareas de manera mecánica, los dos hacemos todo y constantemente nos intercambiamos el trabajo para ser más dinámicos y no caer en la monotonía. Así funcionamos nosotros, con orden, pero dando espacio a la improvisación.
FM: Con todo y la apertura ideológica del siglo XXI, decantarse por el arte como modo de vida, continúa siendo un reto en el orden de lo social y económico. ¿Cuáles han sido los mayores obstáculos que ha enfrentado PICHIAVO en la defensa de su planteamiento artístico?
PICHIAVO: Sin duda el estigma que hay contra el grafiti nos ha cerrado y nos sigue cerrando muchas puertas, no tenemos duda de ello. Creemos que nuestro arte funciona muy bien, pero que hay un techo que no logramos romper, puesto que hay ciertas galerías o instituciones que no apostarían por nuestro arte al incluir grafiti o pintura espray. Además de ello, el arte urbano se considera en algunos círculos como un arte menor, y eso limita nuestro crecimiento. Hay, sin embargo, grandes artistas reconocidos que empezaron pintando en la calle. Con el paso del tiempo se verá cómo evoluciona nuestra carrera, creemos que dependerá de nuestra calidad y desempeño como artistas. Esperamos que no dependa de elegir emplear una técnica u otra.
Foto: Irene Ferrando
FM: En el documental Proceso Creativo de Agustín Ríos López, filmado en el contexto de su intervención en las fallas valencianas del 2019, dice AVO que estilísticamente PICHIAVO “es un resumen de nuestra generación”. ¿A qué se refiere?
PICHIAVO: Nuestro arte es el reflejo de nuestra generación, podemos combinar grafiti y arte clásico y tiene sentido. El grafiti, en nuestra forma de pensar, es algo natural y la manera de abordar el arte y la alta cultura es diferente también para personas de nuestra generación. Hoy vas a la ópera a ver Wagner y la escenografía sitúa a los personajes en un edificio en construcción... O las firmas de moda más clásicas se lanzaron a producir zapatillas deportivas y con mucho éxito. A eso nos referimos, a que lo que hacemos refleja muy bien a las personas de nuestra generación. Al decir que somos un resumen generacional, hacemos alusión a que en nuestra juventud el grafiti estaba en auge; se estaba consolidando como algo establecido en el entorno urbano. Al sumarle la parte clásica conseguimos unificar conceptos que rodean a nuestra generación.
Gradus ad Parnassum
FM: La validación para el artista no-encumbrado (desde lo meramente popular hasta lo estrictamente institucional) es una problemática seria. En su mejor opinión, ¿cuál creen que fue la obra que les abrió las puertas de los circuitos artísticos?
PICHIAVO: Si bien es cierto que todas las obras han contribuido, algunas han sido esenciales para abrirnos un hueco en el panorama internacional, desde la de Vícar, Almería, el Poseidón de Mislata, Valencia, que fue uno de los más divulgados junto al de NorthWest Walls de Bélgica. Todos son importantes, pero le tenemos especial cariño al Poseidón de Mislata, que lo pintamos en el año 2012, y se quedó como una pieza icónica de nuestra carrera. Tuvo mucha repercusión y esto hizo que se publicase en distintos medios haciendo que nos empezaran a llamar de muchos lugares para trabajar. Pero fue en 2014, cuando pintamos una estructura de contenedores para el festival de Werchter, Bélgica, el momento en el que decidimos dedicarnos de manera profesional al arte. A partir de entonces hemos hecho algunos proyectos con mucha proyección, como la Falla municipal de Valencia en 2019 o el mural de Montreal para el Mural Fest también de ese año.
FM: Australia tiene una próspera escena de arte urbano. Sin embargo, la herencia británica y su vena victoriana, también se hacen presentes. El Museo Helénico de Melbourne, que suele ser un espacio de corte conservador, le dio cabida a su exposición Renegados. ¿De qué trató su propuesta?
PICHIAVO: El proyecto hablaba de mujeres renegadas en la mitología clásica, trataba de poner en valor esos personajes tachados como negativos en la mitología pero que han trascendido de manera significativa a lo largo de la historia, incluso en la cultura popular de nuestro tiempo. De hecho, uno de esos personajes, Medusa, es la protagonista de algunas de nuestras obras más recientes. Fue una propuesta muy interesante por parte del Museo Helénico de Melbourne.
FM: En el Festival Nalata de Sao Paulo presentaron La Venus de Milo, una obra de gran formato, que celebraba el 200 aniversario del descubrimiento de esta pieza. Cuando llegan a otro país no sólo transportan su arte, sino que buscan colaboradores oriundos y entablar un diálogo con la ciudad anfitriona. Así sucedió en Brasil con el empleo del pichação, por ejemplo. ¿Cómo ha sido el diálogo y el recibimiento en otras naciones?
PICHIAVO: Ha sido un proyecto muy especial: nuestra primera vez en América Latina, una ciudad clave para el arte urbano y, sobre todo, el diálogo de nuestro arte con la pichação. Nuestra idea era invitar a varios escritores de pichação locales para trabajar con nosotros en la parte de grafiti de nuestra obra y que tuviesen también un lugar destacado en el mural. No nos sentíamos bien de haber sido invitados para pintar grafiti legalmente en São Paulo, cuando muchos de los grafiteros son perseguidos por hacer pichação. El resultado fue increíble, una experiencia inolvidable, ellos estaban muy contentos de formar parte del proyecto e hicimos buenos amigos.
FM: PICHIAVO fundamentalmente se da a conocer por su propuesta grandilocuente en las calles. Empero, se sabe que también son artistas de estudio. Dicho de otra forma, tienen obras en formato pequeño. PICHIAVO recién abrió un estudio con varias facilidades, ¿de qué se trata el espacio y qué ofrece?
PICHIAVO: Recientemente nos mudamos a un nuevo estudio, en Manises, a las afueras de Valencia. Es más grande y mejor, reformado a nuestras necesidades, con luz natural y donde nos sentimos cómodos para trabajar y expandir nuestro equipo. Es como un paso más en nuestra carrera y así hemos querido transmitirlo y comunicarlo: lo hemos pensado y reformado con mucho mimo y detalle. Es principalmente un lugar de trabajo y creación para nuestro equipo.
Tekhne
FM: El Internet y sus posibilidades han trastocado cada centímetro cuadrado de la realidad humana, el arte no se salva de su influjo, en su caso, ¿en qué sentido ha impactado esta herramienta tecnológica?
PICHIAVO: Nos servimos de todas las técnicas digitales posibles para crear nuestras obras, bien como herramientas o incluso como fin, ya que estamos preparando el lanzamiento de nuestros primeros NFTs (token no fungible). En el caso de los NFTs, las herramientas digitales permiten expandir nuestro arte al formato digital, al video y la animación, lo cual enriquece nuestro trabajo. Una de las bases del proceso de PICHIAVO es el trabajo digital, creemos que sería absurdo escapar de ello, somos conscientes de la época y la era digital en la que vivimos.
FM: La idea romántica del artista hecho a sí mismo, que adquiere su lenguaje de la experiencia callejera parece haber menguado con la democratización de la educación superior. A diferencia de lo que la gente podría presuponer, ambos, PICHI y AVO son artistas instruidos en el aula, ¿de qué le sirvió a PICHIAVO pasar por la academia o escuela de arte bajo un sistema de educación formal?
PICHIAVO: Creemos que no somos las personas que mejor hablaremos de la formación académica para ser artista, pero forma parte de la experiencia y del camino para serlo, al menos en nuestro caso (PICHI, estudió Bellas Artes y AVO, diseño de producto). Creemos que los estudios te abren la puerta al conocimiento y esto te lleva a ser más profesional y eficiente, ya que descubres metodologías y formas de trabajar. No creemos que sea fundamental tener estudios en arte y creación para ser artista, pero cuanto mayor sea el conocimiento, mejor.