La obra de Franz Kafka está ligada al existencialismo, por lo que hasta cierto punto resulta complicada de digerir por su complejidad, pero ahora esta también contemplará dibujos, el lado más alegre de su trabajo.
A 95 años de sus muerte, un total de 163 dibujos serán publicados en varios países gracias a siete editoriales.
Hasta ahora solo se conocían 41, así que el resto podrán ser apreciados a partir de la siguiente semana junto con el estudio que los investigadores Andreas Kilcher, Judith Butler y Pavel Schmidt realizaron sobre los mismos.
La historia de estos dibujos, que muestran el lado más artístico y ligero de Kafka, serán difundidos gracias a que el escritor Max Brod desobedeció la petición que le hizo su amigo en su testamento de quemar sus diarios, manuscritos, cartas y dibujos.
Brod, quien siempre se mostró más interesado por el arte, valoró toda la producción artística de Kafka desde que se conocieron en la Universidad Alemana de Praga, así que incluso huyendo de los nazis las salvaguardó.
Tras un largo (y muy complejo) viaje, Max Brod decidió depositar los esquemáticos y también grotescos dibujos en una caja de seguridad de un banco de Tel Aviv.
En 1956 estalló la crisis por el canal de Suez, así que el gran amigo de Kafka decidió trasladar todo el material con el que Kafka busca dar a conocer las ideas que no podía articular con palabras, a un banco de Zurich. Antes de morir donó en vida estos dibujos y otros materiales a su secretaría, colaboradora e íntima amiga Ilse Ester Hoffe, que estaba casada y tenía tres hijas.
Luego la Biblioteca Nacional de Israel decidió demandar a las hijas de Hoffe, pues ella ya había muerto, y los tribunales de este país dictaminaron que los dibujos de Franz Kafka debían quedar depositados en la Biblioteca de Jerusalén, lo que permitió editar el catálogo completo de los dibujos de Kafka.
El libro que aparecerá simultáneamente en distintos países, incluirá algunos dibujos que Brod ya había dado a conocer, un cuaderno de 52 páginas y los que hacía en diarios de viaje, cartas o blocs de notas.
En los dibujos, hechos entre 1901 y 1924, también plasmó a quien fue su última pareja Dora Diamant, aunque la mayoría corresponden a sus años como estudiante.