Arielle Bobb-Willis es una artista que encontró en la fotografía un medio de consuelo para luchar contra la depresión y, a partir de ello, poder hablar de lo bello, lo extraño, la pertenencia, el aislamiento y la conexión.
Originaria de Nueva York, Arielle ha hallado inspiración constante denen el arte del pintor expresionista Jacob Lawrence y el artista del collage y la pintura Benny Andrews.
Bobb-Willis aplica un toque pictórico a su fotografía al documentar personas en posiciones comprometedoras e inconexas como una forma de resaltar dichas complejidades.
De este modo, en paralelo a los caminos de la moda y el arte contemporáneo, Bobb-Willis emplea colores vivos y brillantes como herramienta terapéutica, con el fin de expresar el deseo de reclamar poder y alegría en momentos de tristeza, confusión y confinamiento.
Viajera itinerante, ha hecho de los escenarios urbanos y rurales del sur y norte de Estados Unidos, las escenas de sus imágenes, como una forma de encontrar un ‘hogar’ en cualquier loma cubierta de pasto o algún rincón de concreto: “Recordándonos que debemos mantenernos conectados y enraizados durante los momentos de transición de la vida”, como ella precisa.