Ben Zank es un periodista neoyorquino que se convirtió en fotógrafo especializado en crear surrealistas imágenes que tienen como hilo conductor la conexión de los humanos con la naturaleza.
En sus bizarras composiciones, Zank combina líneas, figuras geométricas, el cuerpo humano, la naturaleza y un sinfín de colores a los que se les puede dar diversas lecturas.
Siempre llena de suspenso, su obra suele hablar del enredo, la quietud y de ese preciso instante en la vida en la que todo resulta incómodo, pero que, como sea, hay que afrontar.
Zank se interesó en la fotografía luego que su abuela le regalara su primer cámara fotográfica, una Pentax ME Super, y desde entonces su visión del mundo jamás fue igual pues continuamente se encontraba a la caza del “momento ideal”.
Su estilo, que a primera vista luce tan desenfadado, resulta visualmente atractivo debido a que presenta situaciones fuera de lo común con las que Zank siempre busca salir de su zona de confort.
Cabe señalar que a este fotógrafo le gusta usar Photoshop en sus imágenes para brindarles una apariencia más limpia y darles la calidad que necesitan, pero en cuanto a los detalles en sus composiciones, Zank asegura que no suele poner mucha atención en las mismas pero que de una, u otra forma, salen gracias a que sabe lo que le funcionará.
Su obsesión por la naturaleza proviene de que todos los veranos los pasaba en el campo. A partir de ahí, desarrolló una especie de relación amor-odio con ambos entornos y debido a esto no puede estar en ninguno de los dos lugares por mucho tiempo pues al final se siente abrumado.
Las imágenes que Ben Zank captura resultan mucho más que surrealistas composiciones, pues reflejan el aislamiento y el anhelo de este artista de conectarse con otro ser humano, lo que resulta enormemente conmovedor y poderoso.