Después de haber caminado por la Muralla China, la reconocida artista serbia Marina Abramović se dio cuenta de que, por primera vez, había realizado una actuación en la que el público no estaba físicamente presente.
Aquello puso a reflexionar a la artista sobre qué es lo que había sucedido y cómo es que podía replicar la experiencia, además de compartirla con quienes estuvieran realmente interesados.
Entonces, para poder transmitir dicha experiencia, fue que Abramović construyó una serie de objetos llamados transitorios, con la idea de que el público pudiera participar activamente con los mismos.
Básicamente una persona junto con el objeto en cuestión se transforman en una obra, lo que suena realmente único y especial.
Inner Sky. Marina Abramovic, 1991. Fuente: Marina Abramovic
A través de estos objetos transitorios fue la única forma en la que la artista encontró que cualquier persona viviera en carne propia la experiencia de observar y ser observado.
La función y uso de estos objetos transitorios son muy precisos y simples, y precisamente por eso no los llamó esculturas. Algo sumamente interesante de los mismos es que solo tienen sentido cuando están investidos de cierto poder, es decir, cuando la gente los usa.
Beds for Human Use, Black Dragon, Crystal Cinema e Inner Sky están hechos de una combinación de diferentes materiales como el cuarzo, la amatista, la turmalina, el cobre, el hierro y la madera, que tienen efectos muy específicos en el usuario.
Los objetos transitorios de Marina Abramović pueden ser utilizados por miembros de una familia que, antes de desayunar o hacer sus quehaceres, se acercan a la pared y presionan su cuerpo contra uno de estos y solo entonces se ocupan de su vida diaria.
El objetivo de dichas piezas, cabe la pena subrayar de nuevo, es convertirse en parte de la vida de las personas y por eso pueden ser utilizados de mil y un formas.
Crystal Cinema. Marina Abramovic, 1991. Fuente: Marina Abramovic