El grafitero vasco Nextor Otaño, de 19 años, junto a su padre, Aitor Otaño, de 40, conforman Nexgraff, proyecto de arte urbano con el que buscan cumplir poder conocer el mundo entero y pasar un buen rato.
Resulta que Nextor a los 13 años le tentó el grafiti debido a que las paredes le entraron entre ceja y ceja, así que sencillamente decidió empezar a hacer bocetos de nuevos dibujos con un amigo.
Como es habitual en el mundo del arte urbano, este pequeño inició por lo más sencillo, que era hacer letras y su firma. Cuando estaba empezando a hacerlo, decidió decírselo a sus padres, sobre todo porque podía tener problemas y quería que estuvieran preparados por si esto ocurría.
Aquello no sorprendió a Aitor, pues un poco antes de esto había visto un montón de firmas de grafiti en un camión y, entre ellas, se le hizo muy familiar el nombre de NEX.

“Enseguida me di cuenta de que eso era de Nextor y decidimos que teníamos que canalizar esa afición suya”, explica Aitor Otaño al sitio Azken Muga.
Este último estudió ingeniería y actualmente se dedica a la enseñanza aunque siempre le ha gustado pintar.

“Quería ser pintor, pero a mis padres no les parecía un oficio serio. Después de terminar mis estudios de ingeniería estuve un año en Londres. En realidad fui a estudiar inglés, pero fui a pintar de verdad. Recorrí sus galerías, presenté mis cuadros e incluso hice una exposición. Me tomé tiempo para pintar en Londres y tuve una gran producción. Pero luego, de vuelta al País Vasco, me comió el día a día y mi actividad se cortó durante trece años, hasta que Nextor dijo que quería pintar grafiti”, detalla.
Y así, sin mucho pensarlo y poniendo a volar su imaginación fue como este hijo y su padre decidieron poner en marcha en 2017 el proyecto de Nexgraff.