Las esculturas de la artista multidisciplinaria Rebecca Ackroyd, son aterradoramente profundas y extrañas, que impactan a primera vista al espectador.
Nacida en Cheltenham, Reino Unido, ofrece una propuesta asociada a la metáfora entre cuerpo y edificio, a través de técnicas como la escultura, instalación, obra sobre papel, dibujo y mixtas.
Y es que para esta artista emergente, las tuberías se convierten en miembros, las ventilaciones en orificios y los marcos en cajas torácicas que crean personajes surrealistas.
La práctica de Rebecca Ackroyd consiste en profundizar en objetos y recuerdos existentes para reconfigurarlos en algo nuevo. Rascar a los temas psicológicos y exponer las entrañas de cómo se siente.
De este modo también la arquitectura y la sexualidad en formas extrañas y de pesadilla, son extraídas de la memoria y la historia para confrontar al espectador con nuevas nociones de feminidad y poder.
Al igual, sus instalaciones ofrecen paisajes ficticios de ensueño que arrojan duras realidades, inspiradas en los cambiantes estados de ánimo.
Con 36 años, la creativa británica realiza piezas que van desde lo llamativamente audaz y absurdo hasta lo sutil e íntimo.
Por lo que de este modo la obra Rebecca Ackroyd, persigue una exploración feminista de la psicología del espacio y la propiedad de los cuerpos.
Egresada de la Royal Academy Schools, cuenta con diversas exposiciones en Londres, Noruega, Alemania, además de que exhibe sus piezas en diversas galerías internacionales.
Rebecca Ackroyd, característica por sus esculturas mitad humanas, es muy estricta en cuanto al uso de materiales, pues deben estar muy determinados para cómo desea que se sienta su trabajo.