Las obras de arte de Flora Bradwell poseen una estética totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados ya que se caracterizan por ser vibrantes y hasta cierto punto carnevalescas.
El estilo teatral de Flora se apropia de cada pieza para exhibir, de una forma completamente visual y grotesca, al sistema patriarcal.
El lenguaje simbólico que esta artista británica emplea se ve unificado por constantemente recurrir a elementos claves como un clítoris que emana de un globo ocular.
Debido a que los padres de Flora se dedican al teatro, para ella resultó algo natural trabajar con piezas escultóricas y tan llamativas ya que, desde niña, observaba principalmente cómo su madre se caracterizaba noche tras noche para dar vida a sus personajes.
Pero esta joven artista no solo crea piezas experimentales sino que a partir del encierro por la pandemia se dio chance de retomar la pintura y descubrió que esta técnica, que había dejado a un lado totalmente por varios años, le resultaba fascinante y bastante práctica para transmitir los mensajes que quería hacer llegar.
El trabajo de Bradwell está totalmente influenciado por la obra de otras artistas mujeres que trabajan con el cuerpo, con diferentes nociones y niveles de feminismo, como el de Yayoi Kusama, Leonora Carrington y Dorothea Tanning.
Al final del día la obra de Flora Bradwell luce extravagante y bastante teatral, pero su objetivo, el cual cumple bastante bien, es el de poner a pensar al espectador sobre la realidad que viven las mujeres todos los días al convertirlas en meramente objetos sexuales.