El arte es catarsis, un medio para compartir mundos y en ocasiones sirve como canal ideal para hablar (y diseccionar) los temas más difíciles y precisamente esto es lo que hace Ajlan Gharem.
Este artista multidisciplinario, que vive en Riyadh, Arabia Saudita, trabaja como profesor de matemáticas durante el día y artista contemporáneo por la noche. Debido a esto, su producción es poca pero sumamente certera.
La instalación Paradise has many gates, la cual asemeja una mezquita con estructura en forma de jaula, ha sido reconocida y admirada en diversas partes del mundo por el mensaje que da.
Esta obra interactiva alberga una alfombra de estilo tradicional del Medio Oriente y está hecha de cercas de acero que, frecuentemente, se emplean en jaulas y disputas fronterizas.
Lo anterior ha provocado comparaciones tanto con el complejo de la prisión militar estadounidense en la bahía de Guantánamo, como con las barricadas utilizadas para controlar el flujo de refugiados a Europa.
Esta impactante pieza comparte, cinco veces al día, el llamada a orar en dirección a La Meca, así que cuando es exhibida en un país occidental hace que los espectadores reconozcan la forma en que otras sociedades perciben dicha fe y, por lo tanto, aborda temas tan complejos como la religión, la educación e islamofobia.
Pero la labor de Ajlan no se limita a producir obras tan impactantes como la instalación antes mencionada sino que, junto con su hermano mayor, Abdulnasser Gharem, un artista contemporáneo establecido, también creó Gharem Studio, un espacio de arte alternativo en Riyadh para artistas jóvenes y emergentes de la región.
Ser artista de tiempo completo nunca fue parte del plan de vida de Ajlan Gharem, pero es tanta su necesidad de hablar de todo aquello que ve y cuestiona día a día que su camino quedó claro y ahora, después de haber tenido tanto éxito con su primera instalación, sabe que su recorrido por el arte apenas comienza.