La obra del pintor español Fernando Beorlegui destacó por estar inmersa dentro del realismo crítico y social y del realismo mágico.
Beorlegui, quien nació el 21 de enero de 1928 en Campanas, Navarra, se diferenció del resto por ser un artista sagaz y crítico, sorprendente en sus planteamientos plásticos.
Con pocos años, Fernando Beorlegui empezó a dibujar con gran habilidad y desde entonces empezó a pasar mucho tiempo en dicha tarea.
Un acontecimiento que lo marcó de por vida fue cuando viajó por primera vez a Madrid y visitó el Museo del Prado. Allí pudo contemplar, cara a cara, las obras de los maestros que conocía en libros y revistas.
Beorlegui quedó fascinado con las pinceladas de Velázquez, las luces de El Greco, los colores de Tiziano, las veladuras de Rubens pero, sobre todo, con los cuadros de Goya.
A partir de entonces sus espacios pictóricos se volvieron siempre singulares y fueron hechos dentro de la figuración.
Siempre destacó por ser un asombroso pintor, gran conocedor de materiales, pigmentos, técnicas y texturas, además de un importante grabador y retratista.
Cabe destacar que Fernando Beorlegui participó en la creación de la Escuela de Deba. Fue profesor de pintura, grabado y escultura e impulsor del reconocido grupo de grabado Azido Taldea.
La mayor parte de su producción la realizó en Eibar, donde falleció el 6 de enero de 2008, a los 80 años.