Grandes artistas como Leonardo da Vinci, Sandro Botticelli y Rembrandt utilizaron huevo, específicamente la yema, para perfeccionar sus pinturas al óleo, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications.
Lo anterior para evitar problemas de humedad, que se formaran arrugas superficiales o que sus obras tomaran un color amarilleamiento.
Desde décadas atrás, expertos en conservación habían detectado en obras de Botticelli, Da Vinci, Alberto Durero y del holandés del barroco Rembrandt, entre muchos otros, el uso de proteínas, pero se desconocía el motivo y los efectos de ese añadido al proceso pictórico.
Gracias a que un equipo de investigadores alemanes e italianos realizó un estudio sobre el efecto de la adición de materiales proteínicos a las pinturas al óleo -en este caso usaron solo yema de huevo- se comprendió la razón por la que estos artistas empleaban dicho ingrediente.
Ginevra de’ Benci. Leonardo da Vinci. Foto: Britannica
La pintura al óleo "parece ser algo más que pintar con pinturas al óleo: la adición de proteínas podría haber servido para modificar sus propiedades de forma beneficiosa, permitiendo un manejo más sofisticado de la pintura”, señala el estudio.
La yema de huevo fue usada para la investigación junto con dos pigmentos para evaluar cómo se pueden utilizar diferentes reparticiones del aglutinante proteínico para controlar la cinética de secado y la química de las pinturas al óleo.
Los expertos decidieron investigar las pinturas al óleo elaboradas con pigmentos recubiertas de proteínas y las pinturas al óleo con una pequeña cantidad de yema de huevo añadida para comprender mejor sus técnicas y la evolución histórica del arte.
Entre los efectos de la yema de huevo se vio que la absorción de agua de los ambientes húmedos podía suprimirse cuando sus proteínas formaban una fina capa alrededor de las partículas de pigmento.
Se pueden conseguir pinturas rígidas que permitan un empaste pronunciado, pero también se puede suprimir el endurecimiento de la pintura debido a la absorción no deseada de humedad del ambiente, todo dependiendo de la distribución de la proteína.
The Lamentation Over the Dead Christ. Sandro Botticelli. Foto: Wikipedia
Así, los componentes proteínicos pueden funcionar como aditivos importantes e influir notablemente en el comportamiento de flujo de las pinturas, es decir, en su brochabilidad y empaste, y, por tanto, en el proceso inicial de pintado.
La yema de huevo también afecta al secado de las pinturas, así que puede afectar a la estabilidad química y física de las pinturas envejecidas, reduciendo posiblemente la formación de arrugas y grietas.
Los antioxidantes de este alimento también ayudaron a evitar el amarilleamiento durante el secado al ralentizar la reacción entre el oxígeno y los componentes del aceite para reducir la formación de películas sólidas.
El estudio cita, entre otras obras, la Lamentación ante Cristo muerto, de Botticelli, en que algunos paños están pintados al temple mientras que para el primer plano de hierba y el fondo de piedra de la tumba usó óleos que contienen proteínas.
Los resultados de esta investigación hecha por expertos del Instituto de Tecnología de Karlsruhe, del Instituto Doerner y de la Universidad de Pisa pueden ayudar a la conservación y preservación de algunas obras de arte de los grandes maestros, lo que resulta crucial.