Georges Vantongerloo desdobló la geometría hasta convertir la plástica en una forma infinita, trasladándose de los ejes marcados por el grupo artístico De Stijl a la abstracción del neoplasticismo.
Nacido en Amberes el 24 de noviembre de 1886, Vantongerloo estudió en las Academias de Arte de Bruselas y de Amberes.
Hacia mediados de la década de 1910 tuvo su primer contacto con los artistas Piet Mondrian y Van Doesburg, por quienes se integró al movimiento De Stijl.
Corriente que en holandés significa estilo y fue una variante del arte abstracto que buscaba la integración total de todas las artes. Sus representantes trabajaban como artistas, arquitectos, decoradores de muebles, artistas gráficos y escenógrafos.
La duración de De Stijl abarcó poco más de los primeros veinte años del siglo XX y se dividió en dos etapas; aunque su impacto aún se encuentra como inspiración en distintas disciplinas artísticas en la actualidad.
Tras firmar, en 2017, el manifiesto del grupo De Stijl, Vantongerloo formó parte del neoplasticismo; el cual deriva de la segunda etapa del movimiento del estilo y tuvo su mayor representación en Holanda, a partir de las vanguardias históricas marcadas por la abstracción de Mondrian, Kazimir Malevitcj y Vasili Kandinsky.
Miembro del movimiento Abstraction-Création –asociación de artistas abstractos formada en París para contrarrestar la influencia de los surrealistas–, la pintura de Georges se encaminó a seguir las reglas estrictamente geométricas y algebraicas, hasta convertirse en el fundador del pensamiento matemático en el arte contemporáneo.
“Son obras basadas en el ángulo recto y en la relación entre las líneas y las superficies de colores planos, y en el caso de sus equivalentes escultóricos, en la relación entre los volúmenes, convirtiéndose de este modo e un verdadero terreno de la escultura abstracta”, es como define el Museo Nacional Reina Sofía la obra del artista neerlandés.
Hacia Georges Vantongerloo introdujo la línea curva a sus obras, lo que le permitió desarrollar un espacio más libre y abierto.
Quince años más tarde, a partir de 1945, desarrolló su mundo abstracto hacia la cosmología con la realización de series de núcleos de alambre, modelos de piexiglás en forma de prisma.
A su vez, trató de encontrar un equivalente estético de fenómenos cósmicos, como la radiación, la radioactividad, la fisión, el electromagnetismo, la atracción y repulsión, y la nebulosa.
De este modo, el Reina Sofía concluye que: “Se podría afirmar que a lo largo de toda su obra Vantongerloo persiguió la noción de lo infinito, o de lo inconmensurable, y lo único que cambió profundamente fueron sus medios de expresarlo”.
Maestro de la sintonía entre la revelación del conocimiento científico del cosmos y la conciliación de lo físico y lo biológico, Vantongerloo falleció el 5 de octubre de 1965 en París.