El pintor argentino Emilio Pettoruti fue uno de los grandes exponentes del cubismo en América Latina, pero para llegar a esto pasó por un sinfín de obstáculos.
Nació en La Plata, el 1 de octubre de 1892. Hijo de inmigrantes italianos, su formación escolar se dio de forma autodidacta.
Su abuelo fue quien detectó que Emilio contaba con talento para el dibujo, la caricatura y la pintura, por lo que ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la ciudad que lo vio nacer para perfeccionarlo.
No pasó demasiado tiempo para que expusiera sus primeras obras, pues Gath & Chaves, una de las tiendas más visitadas por la clase alta porteña de principios del siglo XX, le interesó su trabajo.
Luego, mediante una beca del gobierno argentino, viajó a la ciudad italiana de Florencia para continuar sus estudios plásticos. Allí no solo observó las pinturas de los grandes maestros, sino que se interesó, cada vez más, sobre la vanguardia futurista y otras que empezaban a destacar.
En dicho viaje conoció el trabajo cubista de Pablo Picasso y Juan Gris, lo que tuvo un gran impacto tanto en su vida profesional.
Poco a poco toda aquella influencia empezó a tomar forma y dimensión en su propia obra.
Mientras Pettoruti contaba con notoriedad y prestigio en el exterior, en Argentina, al menos en cierto sector, causaba el efecto contrario debido a que se alejaba del costumbrismo o naturalismo que imperaba en aquella época.
La importancia de Emilio Pettoruti radica en que su trabajo ayudó, como el de pocos, a renovar el lenguaje artístico en Argentina y toda Latinoamérica.
En 1930, el artista regresó a Argentina, se casó con la crítica de arte chilena María Rosa González y su trayectoria plástica dio muchísimo de qué hablar.
Durante varios años, sus cuadros fueron presentados bajo vidrio por la cantidad de escupitajos que recibían por día.
En Argentina muchos lo consideraron un artista degenerado y una ofensa para la dignidad de la patria. Sin embargo, en Europa aplaudían la audacia y visión vanguardistas que había incorporado a su trabajo del incipiente futurismo y cubismo del viejo continente.
Con el paso de los años, Emilio Pettoruti se ganó un lugar en su propio país y por fin pudo exponer sin protección.
El 16 de octubre de 1971, mientras se encontraba en París, falleció a los 79 años.