Pionera en fusionar la moda con las artes, la diseñadora austriaca Emilie Louise Flöge nació el 30 de agosto de 1874 en Viena, y su legado permanece en el terreno cultural y artístico hasta la actualidad por formar parte de las pinturas más famosas de su compañero Gustav Klimt.
Emilie, la de las largas túnicas, los vestidos extravagantes y los patrones multiformes, se inició en la costura en 1895 al lado de Pauline, su hermana mayor, quien tenía una escuela de costura y con quien ganó un concurso que tenía como presea confeccionar un vestido de lino para una exposición.
El éxito individual de Louise Flöge como diseñadora de modas llegó a partir de 1904 con apoyo de su hermana Helene y la apertura del salón de alta costura vienés Schwetern Flöge (Hermanas Flöge), localizado en una de las calles comerciales de mayor renombre en la ciudad: Mariahilfer Straße.
En dicho salón de estilo modernista, diseñado por Josef Hoffmann, la artista mostraba prendas inspiradas en la estética de movimiento Wiener Werkstätte, así como los trabajos de Coco Chanel y Christian Dior.
Posterior a la fusión entre Austria y Alemania en 1938, Emilie comenzó otra etapa laboral en la que tuvo que buscar nuevos clientes y trabajar desde su casa. De esa época destacan sus creaciones apegadas a la tendencia Reformkleidung, que buscaba la libertad del movimiento; sin embargo, esa vestimenta no fue tan popular y Flöge se ciñó a los modelos convencionales.
Personaje bohemio, fascinante y de personalidad magnética, la diseñadora también fue conocida por su vínculo amoroso con el pintor Gustav Klimt, de quien fue colaboradora como modelo y musa creativa, y de acuerdo a los especialistas es la protagonista de muchas de sus obras más icónicas, entre ellas El Beso (1908).
Emilie falleció a la edad de 77 años el 26 de mayo de 1952, y en 2006 fue interpretada por la actriz Veronica Ferres en la película Klimt, en donde John Malkovich representa al artista.